Día de las madres.

Ser madre significa muchas cosas, por ejemplo : enfrentarse a la vida con la disposición entera para recibir la creación dentro de sí. 

 Una creación dentro de otra, un mundo inmerso en otro mundo. ¿ Hay mayor milagro que ese ?

La dulzura y el amor de una madre, su abrazo permanente, su mano con su intensa caricia, su servicio, su nutrición, su tierna y amorosa presencia....

La sensación, el sentimiento, la experiencia de de sentir un cuerpo moviéndose en tu cuerpo y el primer contacto con su mirada y que cotidianamente se repite de manera diferente.

La maternidad nos recuerda el amor en su más elevada expresión, la creación de todo lo que vivimos, el saber que no somos madres solo por tener hijos. Somos madres porque siempre creamos de maneras distintas.

La maternidad nos recuerda nuestra fuerza creadora en todo lo que hacemos y vivimos y todos nos rodean y nos acompañan en esa gran obra.

Somos madres de nuestros días y de nuestras noches,de nuestra vida y de nuestros sueños, de nuestros proyectos ,de nuestras realizaciones, de la felicidad y del amor que vivimos, así también de ilusiones y desilusiones, infelicidades o tristezas: ¡Siempre estamos creando !

Un hijo es un instante de esa creación que sigue su curso ante nuestra amorosa observación ya que ellos son y serán también su propia creación.

Es razón y propósito de vida crear y creer en lo que cada uno produce. 

Todo es creación, la divina creación de Dios en cada uno de nosotros.

¡ Feliz día de las madres !


Amelia Camacho Guerrero.

10 mayo 2020.


Lo invisible en esta experiencia.


Hay mucho que reconocer en la forma en que estamos viviendo ahora. Mucho que no se nota que está presente día a día. Lo que estamos haciendo, lo que nos ocupa, lo que nos preocupa, lo que pensamos y sentimos,lo que momento a momento hace de nuestra vida algo disfrutable o sufrible.

Hay situaciones inimaginables que nunca hubiéramos deseado, el alejamiento, la separación, la falta de contacto con los demás, el estar en casa obligados por la situación, el salir de las rutinas, el cambio de horarios y muchas cosas más; todo eso ha sacudido la mente y la realidad.

Por todo eso y el tiempo que se prolonga en incertidumbre podemos observar las impresiones que tenemos para darnos cuenta de que nada será lo mismo cuando haya pasado esto.  Ojalá que así sea y seamos capaces de considerar lo aprendido en este tiempo. Desear volver a lo mismo,a lo que ya vivimos será imposible.  Mucho está cambiando en todos, en todas las áreas de la vida. 

Lo invisible se ha puesto frente a nuestros ojos y nos ha obligado a ver una realidad que dejó de ser imaginaria, es clara y brutalmente verdadera. Cada persona verá lo que sea capaz de comprender y lo que su consciencia le permita.

Es tiempo de presencia y de atención a la mente consciente que nos orientará para responder de la mejor manera.

Se desprende la rigidez mental y se diluye la idea de permanencia, el cambio constante fuerza a ver con otros ojos lo que transforma el mundo y las ideas y percepciones de todo son nuevas.

Nosotros mismos somos nuevos y hemos de crear todo de una forma distinta.

Nuestra fortaleza es impresionante y lograremos una creación magistral a la altura de la consciencia que hemos desarrollado.  Todos estamos incluidos en esta labor que es para el bien de todos.


Amelia Camacho Guerrero.

6 mayo 2020.

El ambiente familiar en cuarentena.



Nunca como ahora podemos ver cual es el ambiente familiar en que nos movemos.

Tal vez hasta ahora vemos actitudes y respuestas que antes podíamos ignorar, tanto de los demás como de nosotros mismos.

Todo crece ante la mirada cercana y parece dimensionarse con el lente de aumento que da la frecuencia y la cotidianidad.

No hay manera de huir, no hay manera de evadir, no hay escape.

Tenemos que vernos y ver a los otros.

Tenemos que oirnos y oír nuestro interior.

Tenemos que poner mucha atención en nuestras acciones y emociones.

Todo nos habla de nosotros, de lo que queremos ver y de lo que negamos.

Si aprovechamos esto, ganaremos terreno al ego y creceremos en consciencia.

Si no nos perdemos en el camino, despertaremos de la ignorancia y seremos capaces de encontrarnos con el Ser que somos.


Amelia Camacho Guerrero.

28 abril 2020.

Para todos los amigos del espejo de las palabras.


Estamos en casa y con todo lo que esta situación especial requiere.

Nos extrañamos y deseamos vernos y compartir las sesiones que tanto nos nutren y nos permiten compartir experiencias y emociones, palabras y abrazos.

Por el momento nuestro trabajo personal es con nosotros y con el entorno, con nuestros familiares y más que nada con nosotros mismos.

La aplicación de todo lo que hemos comprendido se hace visible para poder observar como usamos lo mucho que logramos en el mundo interior.

Es ahora cuando valoramos lo que sirve saber quiénes somos y la necesidad de mantener nuestro enfoque en la presencia de la atención en lo que sucede en nosotros.

La realidad nos está ofreciendo una oportunidad para desplegar ampliamente formas diferentes de respuesta ante algo nuevo y desconocido.

Tenemos la capacidad de responder conscientemente y es el escenario actual el terreno de manifestación de todo lo que somos.

Vernos ante la distancia, la ausencia de otras personas y de estímulos diferentes hace de este periodo algo que no pensamos que podríamos vivir.

Estar en nuestro pequeño mundo, lidiando con fricciones cotidianas permite que veamos que hace falta escuchar, atender, cuidar, mostrar y darnos cuenta de que es ahí donde está nuestra gran tarea.

Los seres que amamos nos están dando la mano para crecer, para crear realidades diferentes, para darnos cuenta de lo esencial y esto reclama nuestra presencia y atención.

Este confinamiento está siendo muy complicado para muchos, muy sencillo para otros, pero para todos es un momento de reflexión y encuentro con nosotros mismos.

El salón de los espejos es el lugar donde vivimos. Algunos reflejos son muy claros, otros difusos, pero todos son para vernos como tal vez no nos hemos visto.

No es tiempo para distraernos con el exterior, éste puede saturarnos de datos e información dañina y aún esto es para aprender a discriminar lo que nos aleja de la atención hacia nosotros.

Estaremos juntos para compartir lo ganado, para volver a vernos a los ojos y sentir la presencia de Dios en cada uno y valorar todo con la consciencia de saber que hemos hecho de éste tiempo algo útil.

Los saludo con mucho cariño y les mando muchos abrazos desde un corazón lleno de amor y bendiciones para todos.


Amelia Camacho Guerrero.

28 abril 2020.

La Voz.


Hoy en día extrañamos a las personas y desearíamos poder estar con ellas. Todo es a distancia. Todo parece lejano. 

Incluso podemos estar en el mismo lugar y aún así , nos sentimos lejos de los que nos rodean. Los espacios se vuelven enormes siendo pequeños. Los espacios enormes se hacen todavía más grandes.  Las distancias crecen.

Estas experiencias que vivimos son importantes para reflexionar y ser atentos a las cosas que verdaderamente importan. Las distancias las crea la mente, las ideas de soledad y aislamiento están en la forma en que las procesamos y las significamos. 

La comunicación ha cambiado en los últimos tiempos y sigue siendo algo que deseamos mantener vivo. 

Dialogar, compartir pensamientos, opiniones, sueños, ideas, recuerdos es alimento para todos. Ya no basta un mensajito, un like, una imagen , se necesita recordar al otro, oírlo, sentirlo.

Recordemos que contamos con algo único y personal, exclusivo y propio : nuestra voz !

Escuchar la voz de mamá, de papá, de los hijos, de los familiares, de los amigos, no se compara con nada.  Nuestra voz es un instrumento maravilloso que nos deja transmitir mucho.  Retomemos las llamadas telefónicas y seamos capaces de decir a los otros lo que queramos. En la voz se percibe todo, el gusto, el amor, el cariño, el entusiasmo, la ayuda, la compañía, todo lo que podemos darnos.

Es una melodía que toca el corazón.

Es la oportunidad de abrazarnos con palabras y tonos, con la intención de manifestar lo mucho que está en el interior y clama por ser expresado.

No esperemos a que esta cuarentena termine, hoy tenemos tiempo y deseo de hacerlo.

Conectemos con aquellos que están alejados y en ocasiones solos, con aquellos que no tienen con quién hablar, con aquellos que damos por sentado que siempre estarán porque pudiera no ser así.

Que hoy no sea otro día más en el que las circunstancias y distracciones te impidan expresarte. Ahora hay tiempo. Cultiva la parcela del amor y la comunicación que ha estado descuidada. Busca sentirte bien contigo mismo regalandote acercamiento a los demás, a los que amas.

Siempre es buen momento para amar.

Hoy es excelente momento para hacerlo. Hoy lo que sobra es tiempo. 

Hoy canta con tu corazón y ama con tu voz.


Amelia Camacho Guerrero.

25 abril 2020.

Transmite el amor.

Muchas emociones están presentes en el interior de todos. La sensibilidad puede estarse captando a flor de piel. Esto es natural porque todo está cambiando en el interior de nosotros. Como seres humanos estamos acostumbrados a reunirnos con otros, somos seres gremiales y está condición sacude los hábitos y costumbres.

Todo para crear nuevas formas de respuesta y de contacto con nosotros y con los demás.

Ser sensibles, percibir lo que pasa en el interior y atenderlo es indispensable para que nuestra inteligencia emocional facilite el tránsito por esta experiencia.

Dar espacio a las emociones y darles salida. Tener la oportunidad de expresar lo que sentimos, puede ser la lección a aprender.

Hace cuánto tiempo no le dices algo importante a alguien que te importa y quieres.  Hace cuánto tiempo no escuchas a tus emociones y les das la importancia que merecen. 

Puedes sentirte muy bien si lo haces, prueba y llena tu corazón de la paz que ofrece el poder compartir algo de tí.  A fin de cuentas hoy, tienes suficiente tiempo y nada te detiene. 

Es un regalo que podemos darnos y dar a los demás.

Esto parece muy simple y también intrascendente, pero no lo es. ¿ Conoces personas que lamenten no haber dicho algo importante a alguien ?  ¿ Sabes de alguien que daría lo que fuera por poder hacerlo cuando ya no es tiempo ?

Hoy es posible, no desperdiciemos esta oportunidad.


Amelia Camacho Guerrero.

23 abril 2020.

Presencia en la ausencia.


Esta cuarentena nos ha dado el tiempo para mantener la atención y la relación con nosotros y con los demás de formas que nunca habíamos practicando.

Hacemos uso de la tecnología y de lo que cada uno tiene disponible para estar en contacto con los demás.  Tal vez ahora el teléfono es más usado porque nos hace falta escuchar las voces de los que amamos y dado que la cercanía y contacto no es posible, la voz de todos cubre la necesidad de contacto físico.

Nada se parece a abrazar y tocar a los otros. Nada es igual a verlos a los ojos y sentir sus presencias.

Hoy podemos darnos cuenta de lo valioso que es la cercanía, el contacto y la transmisión de la energía que compartimos con todo.

La voz adquiere tonos distintos, como si en esos momentos de comunicación quisiéramos entregar lo que por el momento no es posible.

Si sientes la necesidad de hacer llamadas, hazlas! Esto también implica un cambio. El teléfono celular ha creado el hábito de mandar mensajes y transmitir, hasta lo más importante a través de pocas palabras, evitando así la comunicación directa.

Hoy habrá que replantear esto. Expresar lo que sentimos , comunicarnos con los que nos importan y estar presentes en la ausencia con la presencia .


Amelia Camacho Guerrero.

23 abril 2020.

Antes.......... Después.

Esto nos coloca en la percepción de un espacio en el que debiéramos permanecer para no bandear entre pasado y futuro.

Siempre ha habido un antes y un después de muchas cosas. Esos momentos los hemos vivido y también nos han colocado en situaciones que nos han hecho pensar en quedarnos en lo conocido y tal vez deseando que nada hubiese cambiado.

La implacable realidad nos enfrenta siempre a cambiar.  Y si, las cosas se ven y son diferentes.

El espacio entre el antes y después, es un lugar donde,  es un lugar neutral, el lugar donde la aceptación tiene lugar.

Posteriormente vemos lo que era y lo que ahora es, y podemos transitar en el cambio sin conflicto.  Es el momento presente. Es el tiempo de transformación, de un estado interno de paz y armonía.

El antes y el después existe en la mente y si le damos toda nuestra atención , ella podrá estancarnos en ese interminable juego que logre transtornar el presente.

La observación de estos momentos ha de ser para valorar los cambios y la forma en que los vivimos. Dar reconocimiento a la capacidad de cambio que manifestamos y hemos manifestado miles de veces.

Sufrir por el después y añorar el antes, no es vivir. Vivir en el presente , apreciar la experiencia pasada es darnos la oportunidad de soltar en el camino todo lo que ya no conviene cargar cuando todo se modifica a nuestro paso.

Estamos en un mundo que nos lleva a cambiar de maneras muy rapidas y cuesta trabajo digerir los cambios a la rapidez que se presentan.

Somos capaces de hacerlo, hoy lo estamos haciendo todos a la vez.

Frente a nuestros ojos suceden eventos que atestiguar y es natural que nos impacten, por tanto permanecer en casa ( interior ) y física es necesario. Estamos aprendiendo a ver sin juzgar, a observar con criterio y objetividad, a discernir y ser atentos a nuestro propio ser para responder con la consciencia que nos asiste siempre.

Ni antes , ni después, ...... Hoy !!!


Amelia Camacho Guerrero.

15 abril 2020.

Vivir al día.


Hoy esta expresión podría tener un significado totalmente diferente.  Antes nos asustaba la idea de vivir al día, porque esto quería decir que no había nada seguro para el día siguiente. Muchas veces pudo haber sido así ,sin embargo hoy esto causa mucha inquietud dado a que las circunstancias y condiciones que estamos experimentando son justamente carentes de cualquier certeza.

Vivir al día hoy, es algo que hay que tomar en cuenta.  Vivir el momento presente equivale a vivir lo que tenemos en el momento , cada momento, cada instante, observando nuestro interior y no mezclarlo con el futuro ni el pasado. 

 La seguridad que podemos tener de que siempre tendremos lo necesario, de que podemos resolver las situaciones que se presenten se fundamenta en la fé que proviene de la certeza y de la convicción de lo que somos. No una idea mágica. No algo supersticioso. La certeza que da el conocimiento de uno mismo. La confianza en nosotros mismos.

Pero para eso hace falta mantenerse en el presente. Soltar la angustia y la preocupación por el futuro, soltar el pasado, la imaginación mecánica, la mente inferior que construye tragedias, las emociones negativas y la necesidad de saber que es lo que va a pasar.

No todos nos estamos dando cuenta de que esté aislamiento nos está enseñando mucho. Aprender a soltar y vivir día a día. Cada día tiene su propio afán.  Esto ya lo hemos oído. 

Resolver lo que pueda resolverse y atender lo que cada instante reclama nuestra atención.

Las programaciones anteriores, los condicionamientos adquiridos ya no funcionan.

 Nunca habíamos estado en esta situación. 

 Lo que vivimos requiere de nuevas formas de respuesta.

 La inteligencia que nos trajo hasta éste momento es infinita y también puede manifestarse para que este nuevo tiempo sea creado como fueron creados otros antes de ahora.

El cambio puede resultar muy complicado y es natural que así sea, no es fácil ver que todo nos lleva por un camino desconocido lleno de descubrimiento, de cosas diferentes.

Soñabamos y creímos que era real lo vivido, repetimos muchas veces lo mismo, es hora de cambiar. Por eso para algunos esto es más complicado que para otros.

 Despierta y crea. Despierta y no te asustes. Todo sucede para bien. 

Si !!! , Todo será diferente porque tú también serás diferente. Todos lo seremos.

" La vida es sueño y los sueños, sueños son"


Amelia Camacho Guerrero.

15 abril 2020.

Buscar el equilibrio en la mente.


Este tiempo nos enfrenta a la posibilidad de observación de la forma en que nuestra capacidad para que podamos mantener la atención en el centro del ser.

Esto se dice fácil ante el alud de impresiones que nos llegan y no son digeridas con la velocidad con que aparecen. 

Para muchas personas el aislamiento está resultando muy complicado debido a que los espacios son reducidos y las personas que habitan en cada casa son muchas.

Todos estamos expuestos a circunstancias distintas. Todos vivimos condiciones variadas. Los aspectos sociales, familiares, económicas y personales piden respuestas que nunca pensamos que podríamos vivir.

No vernos, no tocar a los demás, no visitar a los amigos, no pasear, no salir a la calle y mucho más, está siendo algo que voluntariamente no habríamos elegido.

Permanecer en el momento presente, sin la dualidad que nos lleve a pasado o futuro es un ejercicio constante.

La mente lleva la atención a donde quiere y falta tomar el control para permanecer actuando con consciencia.

Que es lo que nutre tu emoción y tu atención, pues es aquello a lo que le das tu energía.

Juzgar todo, valorar todo, identificarse con todo, afuera y adentro de casa está resultando muy tensionante.

Muchas personas tienen ya muchas herramientas para vivir esto. Es momento de aprovechar lo aprendido , de poner en acción el inmenso poder que han descubierto en su interior. Hoy es el día de usar todo lo que hay y responder con la consciencia ganada.

Cada uno desde donde se encuentra. Cada uno con lo que cuenta. Cada uno puede ayudar a los que acompaña con toda su presencia. Hoy somos la luz en un ambiente oscuro, ilumina cada momento, ilumina tu voz y tus palabras. Ayuda a que los demás también enciendan su luz. 

Manifestar el amor a cada instante, amor que es la más elevada consciencia en el mejor y en el menos favorable.  Todo nos coloca en la oportunidad de expresar el amor que somos capaces de dar. Amor para nosotros y para los demás.

Es un curso intensivo, más que intensivo, para lograr el objetivo de la vida: Amar por encima de todo.

Todos queremos amar y ahora es el escenario donde podemos hacerlo.


Amelia Camacho Guerrero.

14 abril 2020.