PERDÓN : un acto de consciencia.

Recordando que perdonar significa tomar consciencia de la realidad que experimentamos con la percepción que teníamos de lo vivido en el interior y en el momento de lo sucedido, podremos aplicar lo comprendido.

Solo la consciencia que se expande ante una comprensión respaldada por el conocimiento de uno mismo puede realizar este acto sublime que libera y conduce a la paz interior.

Es mucho lo que hay que reflexionar para vernos con claridad. ¿ Que perdonar y a quien ?

La lista puede ser enorme, y así de enorme es el bienestar que lograremos.

Empecemos por los más cercanos. Padres, hermanos, abuelos, tios y familia en general.

Todos aquellos que nos han acompañado a lo largo del camino. Los que recordamos y los que no.

Para hacerlo te sugiero llevar a tu mente el recuerdo de ellos, imaginarlos frente a ti como si ahí estuvieran. No importa si no tienes una clara visión de todos, basta con tu pensamiento.

Lo más importante es la clara intención de manifestar tu deseo de liberarte y liberarlos.

Los perdono por todo lo que yo imaginé que me hacían, por los daños y ofensas que les adjudique, por sus críticas, por todo lo que me negaron, por las expectativas no cumplidas, por todo lo que me alejo de la comprensión que merecían. 

Perdón por no reconocerlos como lo que son.

Más que nada Perdón para mí:

Por olvidarme de mí. Por creer que todos tenían que hacerme feliz. Porque puse en sus manos mi bienestar. Porque me descuide y descuide mi cuerpo y mi mente, mis emociones. Por crear historias que me lastimaron y me  hicieron sufrir. Por el desamor, por no apreciar y agradecer todo lo que hacían por mí. Por no darme cuenta de la cantidad de manos que participan en la vida que vivo. Por no darme cuenta del privilegio de tenerlos en mi vida. Por no reconocer el amor que me ofrecieron. Por el egoísmo, la envidia, el rechazo, la mentira, la negación en que he vivido. Me perdono por no darme el amor que tanto busque en otras personas. Me perdono por hacerlos responsables de mi vida y experiencia.

Es mucho lo que tenemos que reconocer para liberar las culpas y las deudas que creemos tener.

Cada persona tendrá percepciones variadas y diferentes y mientras más profundicemos mejor será el resultado.

Esto no es más que una idea que, en estos tiempos podemos llevar a cabo y que nos puede dar oportunidad de reconciliación con nosotros y con los que convivimos.

Después de hacer este ejercicio honesta y conscientemente, nunca verás a los demás de la misma manera y mejor aún, no te verás a tí mismo con los mismos ojos.

Realmente no hay nada que perdonar, solo hay que aceptar la responsabilidad de lo vivido en inconsciencia por la gran ignorancia en la que hemos estado.

Sanarse es esto. Purificar el pensamiento, las emociones, las relaciones, para poder vivir de otra manera.

Todo ha cambiado y nosotros podemos cambiar también, no por los eventos externos sino porque la consciencia hoy nos ayuda a percibir la realidad con una visión de acuerdo al nivel de frecuencia en la que vibramos.

Este es un acto de amor que merecemos. Nadie lo va a hacer por nosotros. Es nuestra verdad y solo nosotros la conocemos.


Amelia Camacho Guerrero.

24 mayo 2020.