Vernos a través de lo que nos cuesta trabajo reconocer de nosotros mismos es todo un reto. Aprender a aceptar lo que hay en el interior y atenderlo desde el corazón con amor y profundo agradecimiento no ha sido sencillo.
Tomar en cuenta que conocernos es perdonar y perdonarnos. A veces no nos percatamos del daño que nos hemos autoinfringido, que de manera inconsciente lastimamos y nos hemos sentido dañados por la gran inconsciencia en que vivimos.
Perdón es un acto sublime de consciencia.
Solo la consciencia desarrollada puede ver con otros ojos y sentir la presencia misma del ser que sin juicio alguno comprende la realidad y trasciende el sufrimiento, el dolor, la angustia, la tristeza, las pérdidas, el abandono y todo lo que lastima en lo más profundo del ser.
Tratarnos con ternura infinita con mucho amor y deseo de soltar lo que impide que sanemos cuerpo, mente y emociones.
Ahora tenemos tiempo para observar y sentir lo que hay en nosotros, para darnos con generosidad y salir de la ignorancia de lo que somos.
Aprovechando esta oportunidad para hacer lo que no hemos hecho, veremos el mundo de diferente manera y viviremos el privilegio de la vida en su mejor forma.
Salir de la dualidad y entrar en la neutralidad para desde la presencia, en nuestro centro y sin juicios ni tendencia alguna mantener la objetividad que favorezca la estabilidad emocional dándonos balance y armonía para responder a las impresiones que recibimos del mundo exterior.
Todos podemos darnos cuenta de esto, todos podemos salir adelante de esta circunstancia, todos tenemos el poder para lograrlo.
Atrevernos a amar todo de nosotros y así amar también a los demás.
Amelia Camacho Guerrero.
19 mayo 2020.