Dejar actividades de trabajo cuando se ha realizado todo lo que la experiencia y lo aprendido ha ofrecido, llega a ser una decisión muy importante y a veces difícil de tomar.
Hace falta pensar muchas cosas para sentirse realmente bien para que esta separación sea suave y agradable.
Para muchas personas dejar el trabajo o alguna actividad que ha llenado muchos espacios importantes en su vida se convierte en un momento muy triste y lamentable a pesar del cansancio y la necesidad de un cambio.
Si el retiro es voluntario, tiene su carga pero si es por una enfermedad o incapacidad física y las circunstancias obligan a esto, se torna en un proceso desgastante y produce un efecto negativo que puede llevar a una profunda depresión e incluso, hasta la muerte.
Cuando el trabajo es fuente de satisfactores que no se conocen, porque se ha puesto en esa actividad el peso de una significación tan cargada emocionalmente, al terminar el trabajo se pierde también todo lo que se pensó que se obtenía de él.
Significar sanamente una actividad es no poner en el cargas emocionales, que le dan un poder que no tiene.
Cuando se dice : " el trabajo es todo para mi ", "sin mi trabajo me muero", "no puedo estar sin trabajar ", hay que analizar lo que esto conlleva.
El significado es personal y no es igual al de nadie, no todos piensan de la misma manera.
Para algunas personas es fuente de : reconocimiento, atención, poder, autoridad, amistades, relaciones,de una identidad, lo cual se acaba cuando se jubilan.
Esto sucede cuando se vive del exterior y se generan expectativas de recompensa porque ha faltado la atención personal para proveerse de todo lo que fortalece el mundo interno a través del desarrollo psicológico, satisfaciendo así estas necesidades que han de estar solo en nuestras manos.
Tener identidad por lo que hacemos o tenemos es vivir con miedo a dejar de ser lo que creemos que somos.
No somos nosotros mismos, es lo que nos ofrece la falsa identidad obtenida por la actividad realizada. Si bien, esta nos brinda muchas satisfacciones, al término de ella, se termina también el cumplimiento de las expectativas que genera.
Saber quien soy y saber que tenga o no lo que quiera, nunca dejo de ser quien soy, hace que comprenda que el ciclo de trabajo se cierra y sin embargo se puede continuar viviendo abriendo una nueva etapa en la vida cotidiana llena de oportunidades para disfrutar de todo lo que en otros momentos no fue posible.
Prepararse en actividades diferentes, en el disfrute de aficiones, deportes, viajes, descanso, diversión con los seres queridos, aprendizaje de cosas nuevas, sin ninguna presión ni exigencia, requiere de atención que fortalece la actitud de aceptación de los nuevos tiempos y de la creación de una nueva forma de vida plena llena de alegria y merecimiento.
Es poder crear una realidad que no dependa del hacer ni del tener sino de Ser.
Amelia Camacho Guerrero.
16 Abril 2018.