Las relaciones que tenemos nos conectan de diferentes maneras. En todas ellas hay un ingrediente que las hace fuertes e indestructibles.
Las muchas razones del porque lo hacemos, no nos dicen de las necesidades que nos han conducido a las situaciones de apego y dependencia que vivimos.
Creemos y hemos creído, porque así lo aprendimos, que lo hacemos por amor. No siempre es así. Darnos cuenta de que llegamos a estas condiciones por las inmensas necesidades que no descubrimos en nosotros mismos y que deseamos cubrir relacionándonos con otras personas, es percibir lo necesitados que estamos. En los demás depositamos el anhelo de recibir todo lo que en el interior nos hace falta y creer que es el amor, el que siempre nos conduce, es un error, aunque hay relaciones que si son producto de él. Hemos vivido en tal desconocimiento de nosotros mismos que es difícil aceptar que nosotros mismos nos engañamos, queriendo cubrir las muchas necesidades que desconocemos, con un amor que, aparentemente, nos rescata de la soledad y el desamparo interno.
Ser lo suficientemente honestos para reconocer las razones que nos mantienen en una relación, es quitar todas las máscaras con que nos hemos cubierto del abandono, la necesidad de reconocimiento, el deseo de ser aceptados, el deseo de ser amados, el huir de entornos hostiles, el alejarse del mal trato o la violencia, la curiosidad por el deseo sexual, un embarazo no deseado, la conveniencia económica, el interés social de tener un estatus reconocido, la necesidad de una identidad por lo que se posee o por la familia con quien se emparenta y muchas razones mas que pudieran ampliar esta página.
No siempre son lazos de amor, todo lo anterior puede convertir esa gran ilusión en lazos de esclavitud disfrazada que la moral , la costumbre o la incapacidad personal no pueden romper.
Aceptar y reconocer porque vivimos con quien vivimos, es dar el primer paso para transformar toda situación. Por supuesto que esto implica un gran trabajo interno, sinceridad absoluta, atención a nosotros mismos con el amor que nos da el conocimiento de nosotros para crecer en la consciencia de que siempre podemos transformar nuestra realidad. Vivir en armonía con las decisiones tomadas, no lamentar nada y actuar en beneficio de lo que hoy, con la consciencia ganada, podemos aceptar y agradecer de lo vivido.
Seguramente hay muchísimas cosas disfrutables y dignas de tomar en cuenta. Seguramente también hay experiencias , que hoy , a la luz de la verdad, nuestra verdad, hoy pueden ser vistas con el profundo amor ganado en el camino y podremos encontrar que la esclavitud , de la que culpamos a otros, no existió mas que en nuestra mente y hemos podido convertir nuestras relaciones en esos hermosos " Lazos de Amor ", indisolubles, sólidos y llenos de la experiencia que nos hace valorar a los que nos acompañan y tal vez nuestro mejor regalo esté en " haber descubierto el amor en todos ellos".
Amelia Camacho Guerrero.
25 Agosto 2014.