pídeles que cumplan bien con su
tarea,
y que restablezcan su óptima función.
Dirígete a ellas de forma serena,
y con la inflexión que mejor te
cuadre:
con el tono dulce de una madre
buena…,
¡o con la firmeza con la que habla un
padre!
Pero siempre hazlo de manera suave,
como si le hablaras al ser más
querido,
¡porque en el amor reside la clave
para que el mensaje sea
correspondido!
Y diles las frases que surjan de
adentro,
las que más te nazcan desde el
corazón:
“¡vuelvan, mis amadas, a su justo
centro…,
recobren ya mismo su alta
perfección!”
“¡Restauren ahora la exacta plantilla
de vuestro perfecto diseño inicial!”.
“Recuperen, niñas, la luz que más
brilla:
¡la de vuestra impronta completa y
cabal!”
“Las amo, pequeñas, y les agradezco
que aquí, en este instante, reciban mi
amor,
y que restablezcan lo que me
merezco:
¡que mi ser recobre todo su
esplendor!”.
Cuando tú sostienes, con suave
insistencia,
ese sentimiento de alta apreciación,
creas un efecto llamado “coherencia”
en el magnetismo de tu corazón.
Y como ese campo se halla
conectado
con el vibratorio Campo Universal,
nos responde siempre… si le hemos
hablado
con su propio idioma: el “emocional”.
Ellas, de ese modo, “captan” tu
mensaje…,
perciben “la carga” que lleva tu
acento,
y vibran felices de darle hospedaje
al amor que envías con tu
pensamiento.
Y así, agradecidas de que al fin les
hables
con tanta ternura, con tanta atención,
responden veloces a tu trato amable
apurando el curso de tu curación.
¡Háblales, amigo, con genuino
afecto…,
y mientras les hablas, “siéntete”
sanado,
saludable, fuerte, vital y perfecto,
con tu cuerpo entero todo iluminado!
¡Has que ese cariño se torne
ostensible…,
has que lo transmita tu tono de voz…,
y te darás cuenta que no hay
imposibles
para aquél que asume que es parte
de Dios!
Jorge.
Encontré este poema del FB de una querida amiga y lo comparto para recordar lo mucho que podemos hacer por nuestra salud, ¡ disfrutenlo !
Amelia Camacho Guerrero.
31 Agosto 2015.