Se empobrece cuando se pierde el sentido de la vida , cuando todo de fundamenta en la posesión de los bienes o de los afectos, cuando se depende de todo lo externo y cuando la capacidad de aceptación de la realidad es nula y se centra el bienestar y la felicidad dependiendo del exterior. Cuando se sufre mucho por no tener lo que se cree que es la razón de la existencia. Nada ni nadie es razón para que nuestra vida sea plena , solo nosotros le damos ese sentido.
Nadie tiene esta vida solo para acumular y controlar a nadie, esta vida es para experimentar, disfrutar y administrar correctamente lo que la creación nos ofrece aceptando el principio de realidad en el que cada uno se encuentra. Tenerlo todo y no apegarse a nada para así poder compartir equitativamente la riqueza que nos corresponde. Riqueza que no se valora y que está para todos justo para aprender a darnos primeramente a nosotros y luego a los demás.
Darnos amor, darnos aceptación, darnos el conocimiento de que somos y crecer en la consciencia de que tenemos siempre todo lo necesario, de que nunca nos falta nada.
La mente ha aprendido a sufrir por lo que cree indispensable y no reconoce lo que solo nuestro ser comprende: Somos la presencia de Dios en este plano y ni el puede evitar lo que la inconsciencia de nosotros decide experimentar. El nos ofrece el libre albedrío para vivir como queramos, y solo nosotros podemos cambiar el camino que recorremos.
" Para amar y ser amados está la vida misma, sin la cual no seríamos nada " Charles Dickens..
Amelia Camacho Guerrero.
3 Agosto 2015.