A lo largo de la vida se dan relaciones que aunque no se realicen de manera constante han establecido raíces perdurables que son el sostén de un cariño y admiración que pasan la prueba del tiempo.
Amistades que nacieron de la cotidianidad en una escuela , en un trabajo, en un encuentro que tal vez no fué ni tan largo ni tan trascendente pero que sirvió para que esas personas se encontraran y formaran un vínculo que les llevó a aprender y a vivir algo importante para sus vidas.
Al pasar del tiempo el reencuentro revive los afectos y las razones de la relación y esto ofrece nuevo alimento que fortalece lo que se tiene y revitaliza lo que no fué deteriorado por la distancia.
Todas las relaciones tienen una razón de ser y suceden para algo, algunas mas cercanas, otras diferentes , pero todas nos aportan una impresión distinta. La razón siempre es la misma. Tanto la amistad como la relación amorosa nos ofrecen la oportunidad de conocernos, de vernos en un espejo que de diferentes maneras ayuda a crecer en amor. Todo es para aprender a amar , para despertar esta increíble virtud que todos tenemos pero que no todos nos atrevemos a experimentar. Si , no muchos comprenden que cada relación, con todas sus características, fáciles o difíciles, solo es para crecer en amor.
Una relación amorosa termina y no nos damos cuenta que la experiencia pudo haber sido muy difícil para el ego y simplemente se termina porque lo que, en un momento, fue tan hermoso, no superó las pruebas para vencer la fuerza del ego. Todo eso se transforma en luchas de poder y competencias que nada tienen que ver con el amor que una vez los unió. La amistad resiste mas en muchas ocasiones porque también vive condiciones diferentes.
La frecuente presencia de una persona esta dando una visión constante de uno mismo y esto puede ser para algunas personas muy friccionante. Todo lo que hacemos provoca reacciones o respuestas y lo que hacemos , no es lo que somos pero si es lo que todo el tiempo enfrentamos. Las grandes incomodidades que vivimos y por lo que peleamos es porque nos desagrada lo que los demás hacen y lo que nosotros hacemos desagrada a los demás.
Amamos a las personas y nos empeñamos en que cambien, en que dejen de hacer lo que hacen y así enseñamos a negociar con los afectos, con el amor, cosa que no debiera pasar jamás. Decimos cosas como: si haces esto , te quiero mas, si cambias , me quedo contigo, si me amas harás lo que te pido y me comprarás lo que me prometiste. Así el amor , que es algo sagrado , se convierte en instrumento de intercambio por los beneficios que cada uno pretende. La amistad y el amor son muy valiosos nada es obligado y todo es voluntario.
Amelia Camacho Guerrero.
22 Mayo 2017.