Vivir en amor es verdaderamente maravilloso. Estar enamorado puede ser un estado temporal un estado que varíe con los estados de ánimo o con una simple atracción momentánea. Tener la luz del amor siempre encendida en nosotros implica mucho mas que eso.
Vivir en amor es manifestar día a día lo que sentimos por los que amamos en cada acto, en cada expresión. Tratar a todos los que nos rodean con la firmeza y con la claridad que trasmite el sentimiento que nos llena y que hace que los demás perciban el amor que decimos tener. No son solo las palabras dulces que salen de nuestra boca, ni tampoco las promesas, ni los regalos, ni los paseos, ni nada que materialmente se puede dar.
Vivir en amor no exige parejas, ni matrimonios, ni obligaciones; vivir en amor es un compromiso personal e íntimo con uno mismo primero y luego, con todos los demás, después puede venir el resto.
Que alguien proponga un noviazgo, un matrimonio, o una vida juntos ; no quiere siempre decir que te ame. El amor lleva tiempo de desarrollo y crecimiento de los seres. El amor se construye en la medida que el individuo se conoce y se acepta, en la medida que aprende a amarse y es cuando sabe lo que significa amar a otro, respetarlo y desear compartir lo que ha logrado para sí mismo.
Es cuando la posesión, el control, las demandas, las imposiciones ya no tienen cabida en esa relación. Se ha superado el ego y el ser toma el mando. El ser que ya no necesita el poder del ego, lo conoce y lo dirige, pero ya no se deja dominar por el.
El amor no obliga, comparte, entrega, da, no sacrifica, favorece, enaltece, admira, comprende. Nada por obligación y todo por amor. Lo que se hace por obligación cansa y provoca recriminaciones. Lo que se da por amor solo se comparte, es voluntario y no tiene memoria.
Amelia Camacho Guerrero.
10 Febrero 2016.
