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Celebremos este día con un altar al amor con el que podemos recordar a todos aquellos que nos han acompañado a lo largo de esta experiencia humana.
De muchas maneras y por muchas razones Dios nos une.
Un día de octubre, hace diez años, se manifestó un proyecto que nos ha llenado de bendiciones.
A lo largo de la vida los momentos cotidianos se llenan de infinidad de expresiones que colman de impresiones el alma y el corazón, haciendo que la existencia algo valioso que no seria justo expresar solo con la resistencia para vivir la alegría y el amor que nos acompaña cuando decidimos vivir con alguien, cuando elegimos ser acompañados por quien nos ofrece múltiples oportunidades para también elegir como se interpreta lo que se vive.
Para despertar busca toda la ayuda que puedas, lee los libros que encuentres, asiste a los encuentros que te inviten, medita, respira y espera, todo ayudará, pero finalmente solo tu harás la alquimia, pues nada puede precipitarla, solo tu intención que suceda. Y aún si no hicieras nada de nada, espera tranquilo, igual ocurrirá...
Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina en puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos.
Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo los ayudará a despertar sin necesidad que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estas siendo arrullado y cuidado.
Despertar no es un acto de magia, aunque llenara de magia tu vida.
Despertar no tiene nada que ver con tu mundo externo, aunque todo lo que te rodea parecerá tener un nuevo brillo.
Despertar no cambiara tu vida, si bien sentirás que todo ha cambiado
Despertar no borrara tu pasado, pero al mirar atrás lo percibirás como la historia de alguien muy querido que aprendió muchas cosas, pero sentirás que ese alguien ya no eres tu.
Despertar no despertara a tus seres queridos, pero ellos se verán mas divinos ante tus ojos.
Despertar no sanará todas tus heridas, pero ellas dejarán de gobernarte.
Despertar no solucionará tu situación financiera, pero te sentirás millonario.
Despertar no te hará más popular, pero ya no volverás a sentirte solo
Despertar no te embellecerá ante los ojos de los demás, pero te hará perfecto ante tu propia mirada.
Despertar no te dará mas poder, pero descubrirás el poder que tienes.
Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te dará la libertad de ser tu mismo.
Despertar no cambiara el mundo, te cambiara a tí.
Despertar no quita responsabilidad, muy por el contrario te dará conciencia de las consecuencias de tus actos y elecciones.
Despertar no te hará tener siempre la razón, más bien ya no sentirás deseos de tenerla.
Despertar no traerá caudales de amor a tu vida, descubrirás que ese caudal habita en ti.
Despertar tiene poco que ver con lo que imaginas y tiene todo que ver con el amor. Despertar es amarte a ti mismo, con tus limites y con tus experiencias, es amar al otro como parte de tu ser y es amar a la existencia... Sí, amar esta bella vida tan sorprendente y variada en todos sus matices.
Permítete disfrutar de la experiencia de ser el maravilloso Ser que ya eres. Tu vida es un acto sagrado pues es la creación del Dios que hay en ti, que eres tú.
Autor desconocido.
Septiembre 12 de 2011
Todas las relaciones nos ofrecen cantidad de impresiones que ponen frente a nosotros la oportunidad de mejorar las respuestas que ofrecemos.
El desarrollo psicológico de cada uno, hace que comprendamos más de nosotros y por ende de los demás. Cada uno nos ofrece una y otra vez la oportunidad de aumentar la capacidad de amar que tenemos y nos ayuda a amarnos más.
Las percepciones que tenemos de los demás se corresponden con las observaciones que hemos de hacer de nosotros facilitándonos ver, lo que por nosotros mismos, no vemos en nuestro interior.
Esa gran ayuda puede ser apreciada cuando con honestidad podemos reconocer ante cada característica las diferencias, que nos resultan difíciles de aceptar en los demás para incorporarlas como algo que es natural en la convivencia.
Todo lo que podemos reconocer aumenta el conocimiento de todo lo que hemos aprendido a ser y que, sin su reconocimiento, nos convence de una identidad que aparentemente es fija y conocida por nosotros. Esta ilusión hace que creamos que es lo que somos, alejándonos de lo que, en verdad si somos.
A través de las interrelaciones reconocemos también las necesidades reales, que no hemos atendido y que es lo que genera la forma en que aprendemos a demandar de los demás todo lo que requerimos, creando dependencias, apegos y fuertes lazos fortalecidos por significados emocionalmente cargados de grandes expectativas que finalmente nos llevan a la frustración y a la desilusión.
El entorno condiciona, pero no determina.
Es una tendencia psíquica para justificar las decisiones en base a la actitud de otros porque no hay autoconciencia ni autodeterminación.
Uno se hace humano en relación a otros, ya que otros son los que me sacan a mí de mi subjetividad.
El espíritu es relación entre personas, es el movimiento de uno mismo con el otro y lo bueno es la realización del espíritu.
Salud es salir de mí hacia otro.
Enfermedad es encerrarme en mi mismo.
Felicidad es una necesidad psíquica, no espiritual.
El crecimiento consciente es lo que nos pone de acuerdo en las diferencias y nos conduce a la unidad para así trascenderlas. La igualdad de derechos proviene de la igualdad de espíritu.
El ego tiene que afianzarse, para luego trascenderse con la espiritualidad.
Tú eres la realidad de Dios para mí.
Es tomar consciencia de lo que hacemos y vivir la consciencia de unidad en la cotidianidad ayudando a otro a ser humano alcanzando así un nivel espiritual.
Mejorar sin pensar en el resultado.