¿ Y tú vives violencia ?


Creamos la realidad que vivimos.  Vivimos el resultado de todo lo que emanamos. Nuestra mente construye lo que manifestamos en cada pensamiento, en cada acción que realizamos. Todas nuestras respuestas y reacciones están matizadas por lo que ponemos en ellas.  

Los significados e interpretaciones de cada impresión y evento son el resultado del contenido de la consciencia que tenemos para comprenderlo todo.

Podemos no reconocer la violencia guardada en el interior , podemos no percibir que cada experiencia vivida ha dejado huellas de inconformidad, frustración, fracaso, tristeza, dolor, desamor, abandono, soledad, que muchas veces se convierte en violencia interna. Todo esto se proyecta en palabras, acciones, respuestas cargadas de la necesidad de satisfacer lo que alivie este estado de vacío.

No hay forma de obtener la satisfacción personal cuando se piensa que otros son responsables de este resultado.

La ignorancia de uno mismo, la ausencia de responsabilidad de la propia vida, la sociedad y la programación en la que se vive, la cultura en la que nos desenvolvemos no favorecen para dar una orientación adecuada a la problemática personal. 

Hombres y mujeres acumulan violencia que despliegan en sus relaciones, empezando por la relación consigo mismos. La tortura mental, el descuido de la salud, la autodevaluacion, el estrés causado por tener que satisfacer las exigencias de otros y muchas más razones, provocan que los individuos vivan un estado de violencia que no reconocen pero que se expresa en variadas maneras.

Cuando hay un detonante explota y sirve para hacer causa común con lo que permita la liberación de esa energía acumulada.

Solo la consciencia ayuda a tomar responsabilidad de lo propio.

Conocernos, atender a las propias formas de respuesta que ofrecemos en la vida es un camino necesario para crear realidades que estimulen el desarrollo de todos los seres humanos.

Sanar la violencia interior para reducir la violencia exterior.


Amelia Camacho Guerrero.

3 marzo 2020.