Así como la felicidad y el amor, la alegría, el bienestar, la escasez y todo lo que podemos disfrutar ,la abundancia también se vive.
Todas las cosas que se pueden experimentar brotan de la forma en que aprendemos a vivirlas. Al principio de la vida captamos estas enseñanzas de todo lo que nos rodea y asumimos que son de esa manera, no cuestionamos, el mundo entero nos dice como deben ser. Por esa razón actuamos con creencias ajenas y no nos damos cuenta de que tanto daño nos hacen.
Aprendemos el no merecimiento, todo tiene que ser a base de méritos que otros establecen y así alejamos de nuestra mente la capacidad de sentirnos poseedores de la gran fortuna de crear una realidad que contenga la fuerza de lograr lo que queremos.
Así también aprendemos a medir la abundancia solo con lo que materialmente podemos tener, lo tangible y también obtenemos con ello una identidad que se se reconoce por lo aparente. Perdemos el poder de sintonizarnos con la consciencia que tenemos y que hace que seamos capaces de elegir entre la idea, la mentalidad de pobreza y la mentalidad de abundancia.
El poder de la mente y de la palabra transforma la vida. Si se vive con la mentalidad de víctima, de pobreza, de rechazo, de incapacidad, de abandono, de desamor : así se experimenta. Si así se piensa y se siente : asi se vive.
La vida es coherente con nuestro interior, porque como es afuera es adentro.
La vida se vive en el interior de cada uno en un escenario y circunstancias únicas para cada persona. Cada persona interpreta y significa cada evento y con ello vive y construye su propia historia.
La coherencia se convierte en el reflejo de la forma en que se piensa.
Por mucho tiempo escuchamos las voces de filósofos y maestros que nos transmiten profundas reflexiones al respecto y una se repite : " cambia tu manera de pensar y cambiaras tu manera de vivir ".
Trabajar, producir, desempeñar nuestras tareas con la mejor calidad posible para, con una actitud sana, lograr la atracción hacia los mejores propósitos de nuestra vida.
Sanar la mente equivale a sanar la vida.
Amelia Camacho Guerrero.
23 julio 2018.