La magna tarea es ahora aprender a confiar en la voz de nuestro ser y hacer que esa vibración resuene en el interior hasta encontrar la fuerza que le impulse a ser escuchada en todo momento y a que sea reconocida sin duda ni confusión.
Reconocer un lenguaje que nos es propio y que fué anulado por negligencia y por falta de confianza en nosotros mismos. Esa voz ahora se abre camino a su expresión. Esa voz hoy tiene intención y consciencia para ser oida.
Tiene matices desconocidos que, por haber sido ignorados , parecieran no existir. Todas las voces de las virtudes del ser están en nuestro interior. Todas tienen un tono y una frecuencia vibratoria que es única en cada uno.
El lenguaje que emana del interior es único, aunque hablemos de amor , el se expresará de manera diferente en cada ser.
Esta forma dará una riqueza y variedad a la experiencia y a la infinita expresión del creador en todos los aspectos en que, a través de nosotros, el experimenta todo lo que vivimos.
Nuestra voz es su voz, nuestra intención es también su intención , porque ahora somos , muy claramente, para nosotros, la expresión de la consciencia pura que es todo en la creación.
El ego dejó ya de regir nuestras acciones y pensamientos, conectamos ahora con la consciencia y en ese estado es ella la que guía, la que conduce la experiencia desde la verdad de todos.
Notaremos cambios importantes en nuestro interior y en la vida, la visión es diferente en todos sentidos y sin embargo el escenario es el mismo, el lugar es el mismo pero la dimensión de consciencia es totalmente diferente.
Hemos de atrevernos a ser diferentes, a pensar distinto, a ser dueños de nuestra vida, a confiar, a amar, a vivir en un mundo al que no le pertenecemos, a crear nuevas actitudes, a romper esquemas que nos impidan la expresión del creador en este mundo.
Todo cambia y sigue igual, todo es diferente y pareciera que solo yo lo veo.
Todo es como siempre ha sido y será. Pero es hasta ahora que yo lo veo.
Amelia Camacho Guerrero.
8 octubre 2024.