Vaciar la mente para vaciar la casa.

Soltar todo lo acumulado en la mente a lo largo de la vida, puede resultar muy complicado para muchos. Inútil para otros.

Todos ellos tienen razón. Su punto de vista está centrado en lo adquirido en en lo que consideran su historia, lo importante, lo que hace su forma de ser y de actuar.

Éste tiempo en casa es ideal para observar lo que brota del interior y conocer respuestas que, ante otras condiciones, no expresariamos. Darnos cuenta de que sabemos poco de nosotros y la oportunidad de vernos, hay que aprovecharla. A fin de cuentas, hoy tenemos tiempo.

Vernos ante lo aprendido y cambiar lo que es necesario para vivir en aceptación de lo que esta realidad nos muestra.

Soltar lo obsoleto, lo que hoy ya no es viable, lo que hace que seamos capaces de mover de nuestra mente para adecuarnos al momento actual.

Sin resistencia, sin lucha, sin conflicto interior. Nada que provoque malestar entre lo que aprendimos y lo que hoy exige un cambio de pensamiento.

Dedicar el tiempo a estar en silencio y escuchar la voz interior. Hacer lo que más disfrutamos, sin la compulsión de estar ocupados haciendo algo, sin la necesidad de llenar la mente de ruido exterior.

Todo nos da un nuevo mensaje y hay que decodificarlo. 

El escondido propósito está en nosotros.

Despertar la más elevada consciencia que cada uno pueda alcanzar.  Será la propia naturaleza la que se muestre a cada instante. No es momento de simulacros. Será la verdad en cada uno. 


Amelia Camacho Guerrero.

24 marzo 2020.