Una Relación Amorosa : Un camino al crecimiento personal.

Al empezar una relación amorosa, no solo con una pareja, sino en cualquier contacto cercano con otros, se abren oportunidades para ver algo desconocido, pero no en el otro sino en uno mismo.

Se descubren actitudes, respuestas, modos y formas de comportamiento que revelan necesidades, emociones, actitudes y conductas que surgen para ser conocidas y que muestran el interior de los participantes.

Reconocernos a través de nuestras relaciones es desnudar nuestra psicología y aprender de ella. A veces, muchas de ellas, no se aceptan como el reflejo del espejo en que nos vemos. Lo que tanto admiramos, lo que nos subyuga, lo que nos encanta, lo que nos desespera, lo que nos molesta, todo es un reflejo de lo que proyectamos en el otro.

Centrar la atención afuera resulta mas fácil pero al incorporar conocimiento en nuestra propia respuesta, la transparencia que nos ofrece el hacernos conscientes de nuestra vida, enseña la parte que se oculta tras el espejo y proyecta la imagen de uno mismo.

La realidad tras un escenario ilusorio que solo puede ver el autor de la obra.

Cada relación ayuda y todo favorece al crecimiento interior. Asumir la responsabilidad de lo que cada encuentro nos ofrece marca un importante avance para la creación de una vida sin conflictos internos, de una experiencia consciente sin culpas, sin rencores o resentimientos. Todo nos conduce al interior y a la auto-observación. 

Una relación de amor con otro es una relación de amor con uno mismo. Si me amo; puedo amarte. Si me acepto, puedo aceptarte. Si me doy reconocimiento puedo compartirlo contigo. No puedo dar lo que no tengo.

Se reducen las expectativas y se anulan las frustraciones, las desilusiones, los desengaños, desaparecen las demandas y todo favorece la entrega en una convivencia armónica. 


Amelia Camacho Guerrero.

5 Febrero 2015.