Hay mucho de fantasía sobre este tema. La idea de encontrar al alma gemela disfraza la ilusión de ver al otro como la figura perfecta que va llenar todas las expectativas. El vínculo que nos une es muy fuerte y llena las necesidades de aprendizaje de nuestra alma. Es un contacto extraordinario que favorece el crecimiento y el desarrollo. Es en muchas ocasiones algo que no puede comprenderse desde la mente mecánica. Es un lazo espiritual. Un lazo que nos conduce hacia nuestro interior, a vernos y a ver al otro como a nosotros mismos. El camino puede verse lleno de dificultades o de facilidades, todo va a depender de nuestro grado de desarrollo. Algo innegable es que la percepción de esa relación es profunda y nos llena de impresiones muy valiosas que conectan a nuestro ser de maneras diferentes.
Hay personas que dejan huellas imborrables en nuestra vida y que pueden haber estado con nosotros por breves momentos, sin embargo el intercambio fue muy profundo y dejo un aprendizaje valioso. Otras veces duran largos tiempos y tardamos en reconocer el aporte que nos ofrecen. Nuestro nivel de desarrollo, en algunos casos, retrasa el aprendizaje y repetimos una y otra vez la experiencia sin aprovecharla, sin embargo esa alma sigue aportando las impresiones para ayudar. Llegará el momento en que podamos verla con los ojos del alma y reconoceremos su presencia con infinito agradecimiento.
Amelia Camacho Guerrero.
23 Febrero 2015.