El mundo actual exige otros ojos para verlo todo. Un enfoque diferente que nos lleva a valorar lo vivido y a darnos cuenta de que todo es movimiento y todo cambia de manera permanente. La mente que observa ha de moverse también para adecuarse a lo que frente a nosotros, es cada vez mas diferente de lo que se conocía. Quedarnos con las imagenes anteriores provoca mucho sufrimiento y la constante añoranza de que se mantenga de acuerdo a lo conocido y aceptado. Nada permanece igual y fluir con la realidad es indispensable para vivir bien.
Ver hacia el interior y revisar continuamente la forma de vida, para no estancarse en conductas que ya no funcionan en esta época, es una manera de crecer y avanzar. Detenerse cuando todo nos empuja a cambiar es un acto de inconsciencia para con nosotros mismos. Soltar, ser flexible, dejar la necesidad de comparar momentos anteriores es vital para ser capaces de disfrutarlo todo, porque además , si no lo hacemos lo único que haremos será perdernos la oportunidad de: ¡ vivir !, vivir en armonia con lo que tenemos frente a nosotros, de disfrutarlo y si lo dejamos ir , no se repetirá nunca en igualdad de condiciones.
Todo momento es único, aprovechemos todo lo que seamos capaces y elevemos la calidad de nuestra vida, que no está mas que en nuestro interior. Ahí es donde se vive todo, absolutamente todo, lo demás es solo el escenario, la decoración. Lo verdaderamente importante es creado por uno mismo adentro. Por ello nuestros estados internos son nuestra responsabilidad y de nadie mas.
Amelia Camacho Guerrero.
21 Noviembre 2016.