Es interesante revisar la expresión cotidiana que empleamos y que es el detonante de emociones y respuestas en nuestra vida.
Cuando la consciencia ha despertado en nosotros, la transformación del lenguaje también se manifiesta en el empleo de palabras que hablan de lo que se ha hecho evidente en la realidad que construimos, reconociendo la capacidad creadora que nos descubre un poder interno que ahora es observado en la forma en que nombramos lo que existe en la mente y en el mundo interior que disfrutamos.
Nombramos lo que sentimos, lo que vivimos, lo que pensamos y creamos con la palabra que usamos, así damos existencia a la vida y experiencia de cada momento.
Podemos decir muchas cosas de formas inconscientes y podemos también creer que no importa como las decimos, ni que palabras empleamos.
A mayor nivel de consciencia habrá más atención en el uso de las palabras.
Cada vez seremos más cautelosos con el vocabulario que elegimos porque recordaremos que nuestra palabra crea la realidad que vivimos.
El poder de nuestra expresión será usado con intención y consciencia y así podremos verificar que la creación ha estado siendo manifestada siempre por nosotros, aún sin darnos cuenta.
Las palabras tienen una fuerza que tenemos que comprobar por medio de la experiencia que elegimos y que permitirá realizar cambios visibles e importantes en la vida cotidiana.
Tomar responsabilidad de la expresión hablada es equivalente a crear en consciencia lo que deseamos .
La verdad sobre todo lo que somos se refleja en lo que decimos, como lo decimos y como lo vivimos. La honestidad que haya en lo que expresamos emana de la consciencia y la forma en que vivimos, la percepción y la comprensión del mundo está en el interior de cada uno y sale por la boca.
De la abundancia del corazón habla la boca.
Amelia Camacho Guerrero.
30 mayo 2023.