Cada vez que vivo una situación, evento o circunstancia y la veo como problema , puedo estar en un error de percepción, tal vez es solo un hecho que no puedo cambiar y que definitivamente no tiene solución. Confundir los hechos con problemas desgasta mucho emocional y físicamente.
Un hecho es algo que ya sucedió y que probablemente solo cuesta trabajo aceptar. Un problema tiene solución y habrá que pensar en las alternativas para darle la solución mas viable.
Parece que hemos vivido confundiendo esta diferencia y a todo queremos encontrarle solución aún cuando no la tenga.
Las personas constantemente mencionan que viven con mil problemas que atender y se llenan de tensiones físicas y emocionales por todo, de esta manera solo le dan vueltas a los asuntos en su cabeza y se agobian de manera innecesaria con pensamientos repetitivos que les quitan el sueño, el descanso y convierten sus estados de ánimo en ira, coraje o en permanente molestia que comparten con todos los que les rodean.
La vida contiene infinidad de momentos que cuando son verdaderos problemas nos ayudan a tocar las debilidades que nos muestran ayudándonos a encontrar las fortalezas con que contamos . No hay problema que hayamos podido resolver, que no nos haya dado un momento de crecimiento y de descubrimiento de algo en nosotros.
Es útil marcar esta diferencia y antes de sufrir lo que sucede veamos si es un hecho o realmente le podemos dedicar tiempo a la búsqueda de la solución para así vivir aprendiendo y no sufriendo innecesariamente.
Amelia Camacho Guerrero.
9 Noviembre 2014