Parte de la ilusión del sueño de esta vida es creer que amamos cuando solo expresamos deseo de tener a alguien. En esta condición es fácil pensar que después del primer impacto de amor así continuará. La verdad es que, al convertirse en necesidad, posesión, deseo o apego, el amor no está presente. Se le disfraza de esa manera porque así se aprende a lo largo de la vida.
Comprobar esto es fácil cuando observamos que ese amor, que se prometió para toda la vida, no supera las muchas cosas que lo ponen a prueba. Desconocemos que el amor es un encuentro que llega a nuestras vidas en muchas presencias que nos acompañan a lo largo del camino y durante ese tiempo todo es una motivación para descubrir ese gran tesoro en nuestro interior,
Cada tropiezo, cada obstáculo es para reconocernos, para ver en las profundidades de nuestro interior hasta llegar al ser que somos. Cuando decimos, " ya no te amo ", es tal vez porque tal vez porque aún no llegamos a nuestro ser, nos hemos mantenido en la periferia entretenidos con las necesidades del ego que hacen que busquemos ese tesoro en otras manos y en otro corazón.
Nos ilusiona creer que otro nos ama tanto que nunca nos abandonará. Esa otra persona puede estar tan necesitada de ese tesoro como nosotros mismos y también lo busca afuera.
Al despertar el amor en tí conoces su fuerza y sabes que tu corazón se convierte en fuente inagotable que no puede acabarse por un capricho egoico. Si amas, seguirás amando, aunque en algún momento tengas que decidir no vivir ni compartir tu existencia con el que amas. Las personas cambian y también sus maneras de ver la vida. Nadie tiene obligación de darte lo que tu quieras y tampoco tu tienes la obligación de hacerlo. Por obligación, nada, por amor lo que quieras.
De ahí a que el amor se acabe en el que verdaderamente ama, hay una gran distancia.
No se puede acabar lo que no existe o no existió nunca.
Amelia Camacho Guerrero.
3 Noviembre 2014.