Sanarse es tener un estado de bienestar y de armonía que se expresa en el cuerpo y que se expresa con lo que somos.
En la medida en que se atienden los momentos emocionales que nos perturban y alteran el estado interno, se reconoce el efecto de no considerar de manera importante lo que está haciendo de nuestra experiencia de vida ,algo desagradable y doloroso.
La percepción de los hechos, la significación que les damos, la ausencia de responsabilidad de nuestras elecciones y de las respuestas que hemos tenido en cada momento es el camino a la restauración del mundo interior. Ahí existe lo que cada uno incluye. Ahí solo nosotros mismos podemos ver y construir lo que hay.
Nadie puede crear ahí nada que nosotros no queramos. Por eso la atención a lo que he guardado y a la forma en que lo he mantenido.
Buscamos la sanación, buscamos quien nos sane, queremos que alguien se ocupe de hacer esta gran labor y no creemos que siempre está en nuestras manos. Nosotros contaminamos el mundo interior y solo nosotros podemos ir hasta el fondo y limpiar todo lo que hace falta.
Vernos , revisarnos, analizar nuestra percepción y significación de los eventos, asumir la realidad que hemos creado, hacernos conscientes y responsables de lo elegido, eliminar la culpa y la crítica hacia otros; todo nos ayuda a sanar nuestro estado emocional y mental.
Así podremos darnos cuenta de la raíz de nuestro estado interior, aceptando los dolores y percepciones detrás de significados equivocados que provocaron los malestares que impiden la armonía en mi realidad interior.
Asimilar la creación de nuestro mundo interior no es algo simple cuando tenemos que aceptar que somos los creadores de nuestra vida.
Amelia Camacho Guerrero.
7 mayo 2024.