Renuncias y decretos.



Cuando me niego algo, renuncio a algo de mi.

Por ejemplo :. Exceso de trabajo , obsesión por actividades, necesidad de realizar tareas domésticas, me impiden disfrute, descanso, placeres, sueño, relajación.

Negación de inteligencia para algún estudio, aprendizaje de cualquier cosa  :  nos negamos descubrimiento de habilidades y destrezas no practicadas por creernos poco inteligentes en alguna área.

Necesidad de ser fuertes ante las circunstancias de la vida :. Nos negamos a conocer la propia vulnerabilidad que nos conecta con nuestra capacidad de desarrollar la inteligencia emocional que ayuda a reconocer todas las facetas emocionales que nos conectan con el conocimiento de nosotros mismos.

Ilusiones de creer que ya conocemos todo de nosotros :  nos negamos a aceptar la ignorancia que vivimos de no saber lo que realmente somos.

Y como estos ejemplos, muchísimos más que con buena y profunda introspección podremos ver.

Renunciar de antemano a algo es ver negatividad en lo que ni siquiera sabemos que existe. Por eso conocernos descubre al ser que el ego ha escondido para no morir.

Es renunciar al poder que nos asiste por naturaleza.

Por supuesto que habrá actividades y cosas que algunos desarrollen mejor que otros pero eso no impedirá que se prueben y se exploren áreas desconocidas en nosotros mismos.

Aquí lo importante es saber que tanto nos hemos impedido reconocer lo que somos.

Que tanto nos hemos puesto obstáculos inexistentes. Que tanto nos hemos negado a nosotros mismos.

Saber cuál ha sido el peso que hemos dado a las creencias y paradigmas aprendidos.

Es tiempo de cancelar esos decretos.

Todos representan una carga mental, todos son ideas grabadas y repetidas a lo largo de la vida. Paradigmas que sería bueno cambiar. Ahora y no más tarde.


Amelia Camacho Guerrero.

4 noviembre 2020.