La imaginación mecánica está presente en nuestras vidas todo el tiempo.
De esta manera creamos las formas en que nos relacionamos con todo y con todos.
Creamos expectativas de las imágenes que creamos y suponemos que los demás han han de cumplirlas.
Vivimos deseando que las personas respondan a las imágenes creadas y cuando no es así, las desilusiones no se hacen esperar.
La falsedad de estas percepciones no es tan evidente porque en la gran inconsciencia que vivimos, de nosotros mismos y de lo que nos rodea, fabricamos relaciones ilusorias que llenan las experiencias de la vida con frustraciones, dolores, fricciones e insatisfacciones que producen mucho sufrimiento.
Las grandes necesidades de aceptación, amor, reconocimiento que tenemos hacen que pongamos esta carga en manos de los demás creando expectativas de recibir de ellos lo que mas necesitamos.
Aceptar a los demás tal como son nos libera de esta situación y descubriremos que los demás no tienen que ser como uno quiere, que tampoco tienen que satisfacer nuestras expectativas permitiéndonos gozar las relaciones con personas reales, que no existan solo en la imaginación.
Esta realidad es una verdad que rompe con las ilusiones y que nos deja ver que, por muy hermosa que sea una ilusión, es falsa y que al confrontarse con lo real duele por la gran mentira que hemos de asumir como una creación propia.
Vivir con seres imaginarios es mucho desgaste, vivir con seres reales es aprender y crecer, llenarnos de consciencia y desplegar la gran capacidad de amar que todos poseemos.
Amelia Camacho Guerrero.
22 Julio 2014.