Disfrute constante y consciente de lo que se elige experimentar y compartir esa actitud para llenarse de alegría por la vida y todo lo que nos ofrece.
Pareciera una actitud optimista y llena de ingenuidad y sin embargo es una respuesta que implica consciencia plena de lo que somos.
Leemos día a día mensajes que nos invitan a vivir felices y alegres, en armonía en un estado de ánimo que nos lleve a la realidad que deseamos. Todas esas lecturas son compartidas y nos gustaría ponerlas en práctica pero cualquier evento exterior nos hace olvidar el propósito de disfrutar y caemos en estados de inconsciencia.
Regocijarse con todo lo que vivimos es una respuesta consciente de comprensión y aceptación de todo lo que la consciencia que se ha desarrollado y anclado en el interior nos da.
Saber que todo sucede para aprender a vivir cada momento, sea como sea, y avanzar sintiendo y apreciando lo que descubre en nosotros , lo que revela el gran poder interior que en todo momento está ahí y que por ignorancia no reconocemos.
Somos capaces de llorar, de sentir coraje, ira, rabia, envidia, soberbia, flojera, amor, dulzura, éxtasis, ternura y mil cosas más, conocerlas y salir de ellas, conducirlas y elegir caminos diferentes sabiendo que la dirección está en nuestras manos, ese es nuestro gran poder.
No, no negamos la experiencia pero sabemos que hacer con ella y la consciencia de nosotros mismos que hoy vemos autoriza, valida, y acepta con amor toda manifestación de aprendizaje.
Incluso todo eso puede ser reconocido y apreciado como un tesoro de nuestro comportamiento humano.
Al cumplir con la experiencia humana, nos graduamos como humanos, a eso venimos y los humanos viven lo que estamos viviendo todos, la diferencia estriba en vivirlo conscientemente o sin tener la mínima idea de porque estamos aquí.
Ser buenos seres humanos significa haber despertado la consciencia de lo que somos, tanto... como para disfrutar y regocijarnos con lo que elegimos conocer en esta existencia.
Amelia Camacho Guerrero.
23 agosto 2022.