Reconocimiento de la identidad verdadera.


Saber cuál es la diferencia entre una identidad inventada y lo que es la identidad real, es un paso enorme en el proceso evolutivo que toda la humanidad está experimentando.

Podremos haber leído y creer que ya sabemos esta diferencia pero la realidad es otra.  Recitar frases, ideas de grandes maestros, pensadores, filósofos, instructores que nos han transmitido experiencias sublimes, despertares que nos animan en nuestro trabajo personal, no quiere decir que ya hemos integrado ese conocimiento.

Reconocernos como los seres que sabemos que somos, conlleva un largo proceso de asimilación y profunda introspección para llegar a la comprensión y aceptación de lo que ansiamos experimentar.

Hemos vivido muy lejos de la grandeza del espíritu que somos. Hemos tenido que limpiar el camino de muchos obstáculos que la densidad de la tercera dimensión en la que vivimos tiene.  Hemos creado una identidad falsa por desconocer la verdadera y ahora esa creación estorba para reconocer y disfrutar las virtudes y cualidades que cuesta trabajo creer que poseemos.

El engaño experimentado impide que nos veamos tan grandes y poderosos. Nos ha sido difícil creer en lo que somos.  Por ello nos quedamos atorados en el solo saberlo.

El tema hoy es asumirlo y vivirlo.

Recordar una otra vez:  Soy un espíritu viviendo una experiencia humana.


Amelia Camacho Guerrero.

18 noviembre 2020.