Vivimos bajo la ley de intercambio recíproco, lo cual significa que damos y recibimos en virtud de lo que cada uno es en cada momento de la existencia.
La frecuencia vibratoria que determina el nivel de consciencia en que estamos hace que respondamos a cada estímulo de la vida con lo que hay en nosotros en cada preciso instante.
Lamentar lo hecho es no aceptar lo que somos. Cambiamos a cada instante y de acuerdo a nuestro crecimiento y desarrollo de consciencia, variamos en nuestras respuestas. Nada es para siempre y la comprensión que ganamos en el conocimiento de nosotros mismos hace que nuestras respuestas ante la vida sean lo que son y como son.
Todos los momentos suceden siempre en un presente que mas adelante recordamos como pasado. A veces queremos cambiar esos resultados. Los lamentamos o los juzgamos queriendo alterarlos en una constante visión apegada a una idea distinta de lo que ya fué. Estar en el presente cambia la forma en que vivimos y la atención a nuestras respuestas juega un papel muy importante.
Tener conocimiento y aceptación ante lo que somos y experimentamos, nos ofrece la paz interna, la consciencia que ayuda a mantener la atención en cada momento y a no usar la consciencia actual para juzgar y sufrir por actos anteriores que se llevaron a cabo en una consciencia diferente y en un tiempo diferente al momento que se vive.
Aquello de lo que nos damos cuenta hoy , crea una percepción distinta de todo lo vivido y esta nueva consciencia permite aceptarnos y hacernos responsables de la inconsciencia del momento, asumiendo, con la comprensión ganada, cada instante con todos los resultados obtenidos.
Damos lo que podemos dar y no más. Habríamos querido ofrecer otra cosa pero era lo único que había.
Los juicios y lamentaciones son producto de la inconsciencia y estancarnos ahí no ayuda mas que a sufrir y a continuar creando mas inconsciencia.
Evitar caer en estados mentales de tal mecanicidad, hace que no nos identifiquemos entrando en juegos mentales imaginarios sin poder , con ello, cambiar absolutamente nada.
Asumir los estados internos sin culpar a nadie de ellos, sabiendo , en todo momento, que lo que vivimos en el interior, es producto de la visión personal y del estado de consciencia que nos pertenece. Solo nosotros creamos el mundo en que vivimos internamente.
Amelia Camacho Guerrero.
3 Agosto 2014.