Es preciso conocer todos " yoes " en nosotros mismos.
El no verlos presenta contradicciones internas, desconfianza e inseguridad. Ese yo que toma nuestro lugar puede pensar, decir y hacer cosas con las que no nos sentimos bien después, estos son los yoes temporarios de cada momento.
Todas estas manifestaciones de la falsa personalidad han de ser observadas y para ello se requiere de verdad y sinceridad; lo cual favorece a la creación de un instrumento psicológico que puede estar por encima de la falsa personalidad y los yoes , este se llama , yo observante ,el cual es imparcial con todo lo que observa; solo registra, no valora y no se sorprende de nada. Ouspensky lo comparaba con una cámara fotográfica que simplemente fotografía el estado psicológico del momento.
El yo observante debe permanecer fuera de la falsa personalidad, ser imparcial, carecer de virtudes morales adquiridas. es lo mas importante que se debe de establecer en nosotros mismos si queremos cambiar. Para el yo observante nada es incompatible porque nada es criticado, es muy tolerante. Poco a poco el yo observante hace que no tengamos la misma opinión de nosotros, los mismos prejuicios y las mismas justificaciones.
Cuando no se tiene un yo observante, cuando se carece del poder de separarse de lo que la vida ha hecho de uno, cuando uno se da por supuesto ; entonces es preciso recordar que no se tiene suficiente capacidad de soportar las cosas sin llegar a identificarse.
Es necesario reconocer y aceptar todos los lados de nosotros mismos porque solo a través del reconocimiento, la aceptación, de la consciencia es posible el progreso. Esto amplía nuestro Ser. Es la observación de sí la que facilita diluir las ideas creadas por la falsa personalidad.
Bibliografía : Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky. Tomo 2 del Dr Maurice Nicoll.
Amelia Camacho Guerrero.
2 Junio 2014.