Nuestra historia se comparte con todos aquellos que, a lo largo de esta existencia, nos acompañan y llenan nuestra vida de experiencias. Todas las presencias aportan infinitos recuerdos y graban en nuestra memoria todo lo compartido.
Su ausencia nos ha marcado con emociones que nos hacen conocer y descubrir emociones profundas, trascendencia y conocimiento de lo inevitable, lo que, tarde o temprano hemos de experimentar.
La muerte de seres queridos cercanos a nuestro corazón se convierte en la iniciación ante nuevas formas de vida, un antes y un después que valora y agradece con amor y comprensión todo lo recibido. No solo la memoria, el cuerpo también se llena de recuerdos; caricias que nunca se olvidan, miradas que regresan a la mente imágenes amorosas, palabras que expresan todo el amor que esas personas nos ofrecieron en vida, huellas tangibles e indelebles en los sentidos y el corazón.
Para ellos : ¡ un recuerdo en este día !, Un amor eterno en el alma y en el corazón. Bendiciones infinitas por siempre.
Amelia Camacho Guerrero.
2 Noviembre 2015.