Nuestra vida es el reflejo de lo que tenemos dentro.

Conocer el espejo en el que nos reflejamos siempre equivale a ver constantemente lo que habita en nuestro interior.

Nos reconocemos muy poco para darnos cuenta de que somos responsables de lo que proyectamos todo el tiempo.

La belleza, la alegría, la expresión, la mirada, el amor, la verdad, la voluntad, la comprensión, la tranquilidad, la paz interior, la buena comunicación, la positividad todo vive en el interior. Si eres capaz de expresarlo, ¡ es tuyo !

De igual manera sucede lo contrario o sea la negación, la tristeza, la frustración, el coraje, la ira, el desamor, y todo lo que expresamos.

¿ A qué le damos más presencia ?

¿ Que es lo que obtiene más energía de nosotros ?

¿ En donde está nuestra atención ?

Ahí donde vivimos, ahí está nuestra proyección. Nada está fuera de nosotros.

La consciencia que tengamos de ello hará que nuestra realidad sea lo que queramos manifestar.

Esto de ninguna manera quiere decir que está mal expresar lo que tenemos, significa que hemos de elegir aquello que queremos experimentar y hacernos responsables de ello. Saber que nada de lo que vivimos proviene de afuera, todo está en nosotros.

Es una maravillosa lección aprender a vernos y a aceptar lo que hay y aprender a dar tiempo a cada emoción y experiencia, a trascenderla comprendiendo que todo es para sanarnos, desarrollar la inteligencia emocional y espiritual para nuestro crecimiento. Todo nos ayuda a integrar cada aspecto de nosotros mismos y a vivir en aceptación de lo que somos.

Lo que llamamos sombra es solo aquello que aún no vemos de nosotros. El crecimiento psicológico estriba en crecer y ser verdaderos adultos en amor y comprensión, en hacernos responsables de lo que vivimos y hacemos incluyendo causas y consecuencias.

Es un trabajo personal y solo es para cada uno. La ignorancia y la ilusión de ser lo que no somos nos aleja del ser que sabe y puede elegir lo que quiere y lo que verdaderamente es.


Amelia Camacho Guerrero.

31 enero 2021.