Mantener la objetividad en la vida.

Se dice fácil y para esto es necesario superar la influencia que tiene la actividad mental cotidianamente viéndose sometida a la cantidad de impresiones que recibimos. Ser coherentes manteniendo la atención en lo que decidimos tomar en cuenta, requiere de un enfoque constante y consciente que ayude a cuidar nuestro mundo interior.

Son infinitas las formas en que todo lo que vemos nos distraen de nosotros mismos.

Estar en casa, realizar las tareas del trabajo, las ocupaciones familiares, la atención y cuidado de la familia tienen hoy un peso diferente. A pesar de tener tiempo disponible sin presiones de horarios o con horarios tan flexibles, muchas veces no queda tiempo suficiente para dedicar atención a los espacios que requiere la meditación o el trabajo personal.

Reorganizarnos en todos sentidos es también hoy una parte de la gran tarea para no dejar del lado el cuidado que requerimos. 

Algunas personas tienen la posibilidad , maravillosa, de disponer de su tiempo ampliamente y aún así los distractores son poderosos ganando la atención y el tiempo para dedicarle trabajo al desarrollo de la consciencia.

Nada es más necesario en estos momentos que cuidar nuestro mundo interior, cuidar nuestras percepciones, emociones, respuestas, reacciones y hacernos responsables de ellas. Crecer en independencia y escuchar la voz interior, todo aquello que demanda nuestro ser y que es ignorado.

Es oportunidad de abrazarnos y amar lo que se revela en el diario acontecer de la intimidad y que solo nosotros podemos reconocer y aceptar. La presencia de las personas que nos rodean nos ofrecen fricciones que no hemos de desperdiciar para ayudarnos a vernos y a avanzar en el conocimiento que buscamos de nosotros mismos.

Nada está de más y nada sobra, todo representa la justa medida de lo que requerimos en cada momento para aprender algo.


Amelia Camacho Guerrero.

10 agosto 2020.