Los estados de consciencia son los diferentes niveles en que respondemos ante las impresiones y eventos que vivimos.
Todos ellos nos ofrecen oportunidades para manifestar las percepciones que damos a cada situación que se nos presenta.
Cada momento es diferente y cada uno responde con lo que tiene. Nada es insignificante y todo cuenta.
Imposible es negar que lo que expresamos es diferente a lo que hacemos. Nuestra expresión es exactamente lo que hay en nosotros.
Mencionaremos tres etapas. Prepersonal, personal y transpersonal.
La primera o básica nos coloca en la del creyente, cuando las creencias religiosas dominan, las costumbres y tradiciones, los condicionamientos, las supersticiones, las, el apego a las iglesias.
La segunda se corresponde con la del buscador espiritual, es el momento de la duda y la búsqueda de todo tipo de sitios, a respuestas a nuestras interrogantes, se caracteriza por un constante brincar de un grupo a otro.
La tercera se corresponde el fin de la búsqueda ,es la etapa donde ya no se busca afuera lo que está adentro, es la etapa del observador o testigo, donde la meditación juega un papel central. La energía ya no se disipa en búsquedas inútiles use concentra en lo que realmente es importante.
En esta etapa el pensamiento, la memoria y la razón ya no juegan un papel central. El conocimiento se obtiene por el ojo espiritual.
El despertar está a cargo de la meditación.
Es el camino a la espiritualidad porque ésta está basada en la experiencia directa que cada uno ha de vivir por si mismo. La espiritualidad no tiene creencias, ni dogmas, ni supersticiones, no promueve ninguna iglesia.
Lo humano es una experiencia temporal, la esencia espiritual es eterna.
Bibliografía:
Meditación Holista.
Autor: Ramón Gallegos.
Amelia Camacho Guerrero.
8 septiembre 2019