Mucho de lo que vemos y oímos en todas partes habla de como atender y reducir el proceso de envejecimiento.
Esto nos habla de la atención que una parte de la población tiene con respecto a este tema.
Tanto que se dice y se aconseja nutre la resistencia ante un proceso inevitable y muchas de esas ideas son solo el reflejo de la forma en que se piensa de la edad y del proceso natural de la vida.
En muchos casos esta información fortalece creencias nada benéficas para vivir esta etapa con aceptación y disfrute, por el contrario refuerzan acciones y pensamientos de deterioro ya existentes en la mente.
Cambiar la manera de relacionarnos con todos los eventos de la vida y circunstancias personales dando nuevos significados a cada momento hará que se pueda experimentar este tiempo de manera diferente.
Esto no es ignorar nada, es pensarlo e interpretarlo con otra consciencia, otra visión llena de aceptación, de lo que es ,sin quererlo cambiar. Porque además no va a cambiar.
La filosofía budista nos enseña que todo es mente y de ahí procede la forma en que procesamos cada momento que vivimos.
La vida nos brinda la oportunidad de vivir y la elección de como hacerlo, nos pertenece, somos nosotros los que creamos el contenido que le damos ,con conocimiento, con consciencia, con responsabilidad, con amor o con inconsciencia, ignorancia, desamor, resistencia, etc.
Reconocer el privilegio de vivir y saber que está en nosotros lo que queremos hacer con nuestra vida, equivale a disfrutar cada instante y a aprovechar todas las opciones que tenemos para hacer de esto una obra de arte, el arte de vivir.
Amelia Camacho Guerrero.
9 abril 2019.