Hay mucho que reconocer en la forma en que estamos viviendo ahora. Mucho que no se nota que está presente día a día. Lo que estamos haciendo, lo que nos ocupa, lo que nos preocupa, lo que pensamos y sentimos,lo que momento a momento hace de nuestra vida algo disfrutable o sufrible.
Hay situaciones inimaginables que nunca hubiéramos deseado, el alejamiento, la separación, la falta de contacto con los demás, el estar en casa obligados por la situación, el salir de las rutinas, el cambio de horarios y muchas cosas más; todo eso ha sacudido la mente y la realidad.
Por todo eso y el tiempo que se prolonga en incertidumbre podemos observar las impresiones que tenemos para darnos cuenta de que nada será lo mismo cuando haya pasado esto. Ojalá que así sea y seamos capaces de considerar lo aprendido en este tiempo. Desear volver a lo mismo,a lo que ya vivimos será imposible. Mucho está cambiando en todos, en todas las áreas de la vida.
Lo invisible se ha puesto frente a nuestros ojos y nos ha obligado a ver una realidad que dejó de ser imaginaria, es clara y brutalmente verdadera. Cada persona verá lo que sea capaz de comprender y lo que su consciencia le permita.
Es tiempo de presencia y de atención a la mente consciente que nos orientará para responder de la mejor manera.
Se desprende la rigidez mental y se diluye la idea de permanencia, el cambio constante fuerza a ver con otros ojos lo que transforma el mundo y las ideas y percepciones de todo son nuevas.
Nosotros mismos somos nuevos y hemos de crear todo de una forma distinta.
Nuestra fortaleza es impresionante y lograremos una creación magistral a la altura de la consciencia que hemos desarrollado. Todos estamos incluidos en esta labor que es para el bien de todos.
Amelia Camacho Guerrero.
6 mayo 2020.