La libertad es un valor que se vive y que se desconoce en profundidad porque abarca muchos aspectos de su manifestación .
Se lucha, se discute, se exige y pocas veces se toma la responsabilidad de su significado.
Ser libre para expresar lo que uno es, para manifestar el origen y la vida de cada uno, para sentir, para ser conscientes de lo que significa la libertad del ser, no es tan fácil porque nunca se piensa en ello .
La reflexión ahora es en lo que concierne a la expresión del ser y que no se refiere solo a hablar.
La libertad de expresión se ve limitada por la ignorancia de uno mismo.
Aprendimos a pedir permiso para hacer muchas cosas. Aprendimos a complacer y satisfacer a la opinión de los demás y también a creer que no teníamos libertad.
Creímos que teníamos que luchar para que alguien más aceptara que podíamos ser libres.
No aprendimos nada acerca de la responsabilidad de saber manifestar que nacimos libres y que habíamos de ser conscientes de ello.
No conocernos ha sido muy dañino y eso ha impedido que aprovechemos la fuerza de la consciencia para hacernos cargo de la expresión tan amplia que podríamos compartir.
Expresión que daría apertura a la creatividad que de manera natural poseemos.
Expresión intelectual, emocional, motriz, instintiva y sexual.
Si reflexionamos sobre estos aspectos tal vez nos sentiríamos muy limitados por no poder reconocer lo corta que es la expresión en nosotros.
Hay mucho por manifestar, por dejar salir, todo está muy contenido y retenido dentro de nosotros y a la vez vivimos en la ilusión de vivir en una libertad falsa.
El ser es enormemente rico en expresión y es hasta que lo podemos reconocer ,que descubrimos el inmenso potencial escondido.
Reconectar con el corazón para volver a la esencia y ahí, desde ahí , hablar, sentir, crear, disfrutar, dar y recibir las bondades de la libertad de ser.
Amelia Camacho Guerrero.
24 junio 2024.