Cada ser humano tiene una forma de expresar lo mucho que necesita ser amado.
Los lenguajes son variados y a veces difíciles de descifrar porque todos buscamos lo mismo.
La inconsciencia que vivimos nos hace tambien inconscientes de los demás por tanto solo vemos lo que queremos y nuestros ojos están cerrados para tener compasión no solo por nosotros sino también por los demás.
Las criticas, los juicios y las percepciones de los demás, la ira, la violencia, la agresion, todas las formas en que reclamamos atencion, cuidado, el sufrimiento son gritos disfrazados de la necesidad de ser amados.
La ausencia de amor por uno mismo hace que lo reclamemos a los demás.
En muchas ocasiones solo vemos lo aparente y no reconocemos lo que en el interior existe, igual que no reconocemos nuestro propio dolor y necesidad.
La falta de amor es invisible a los ojos y hace falta la sensibilidad del corazón y la consciencia que permite la manifestacion de la compasión propia de un desarrollo interno que ya ha comprendido a su ser.
La compasion no es lástima ni bondad artificial, es producto de una profunda atención hacia uno mismo.
Por eso la comprension para otros viene de la comprension para uno. Todo empieza por uno mismo.
Trascender el sufrimiento personal significa haber visto en uno lo que proyectamos en el espejo que nos refleja. El dolor de otros es nuestro propio dolor escondido.
Aprender a ver con los ojos del corazón, para comprender que las causas de los demás no son iguales a las nuestras y por tanto las respuestas son tambien diferentes, eso nos ayudaría a ser más comprensivos.
Todo lo que hacemos por tener el amor que necesitamos vale la pena de ser visto. La consciencia de uno es también la consciencia que tendremos para todos.
Amelia Camacho Guerrero.
17 Febrero 2018.