La mente y sus acciones.

Todos aquellos pensamientos que están de manera recurrente ocupando espacio y provocando respuestas ante todos los eventos cotidianos son la energía que incorporamos de acuerdo a la atención que ponemos en ellos. Si estamos en donde está nuestra atención, cada pensamiento que nos ocupa produce una respuesta.  

Podemos haberle dado una fuerza que no tiene y así creemos que no podremos dirigirla, eso resulta verdadero mientras mas nos olvidamos de quienes somos.  La mente es un instrumento que nos distrae de nuestro objetivo primordial que es conocernos y reconocernos.  Hay que saber como actúa. Ella siempre va a dirigir la atención a todo lo externo, siempre quiere saberlo todo, busca razones para explicarse la vida y cree solo en lo que es visible para sus ojos. La mente mecánica es así y con ella hemos aprendido a vivir, por eso otras alternativas son difíciles de aceptar. Ha captado creencias sin verificación alguna. La experimentación del conocimiento no es su terreno y acepta con facilidad el conocimiento proveniente de todo tipo de información, de donde sea.

Liberarnos de la necesidad de entenderlo todo genera una nueva relación con el pensamiento y nos acerca a la consciencia de lo que aceptamos como válido en nuestras vidas. Hay muchas cosas que solo vamos a aceptar porque así son y muchas otras que deberemos analizar y mas aún experimentar.  La aceptación de lo que es reduce la lucha interna,  el constante conflicto que hace que se quiera cambiar lo que no es posible cambiar. La resistencia a aceptar lo que no está en nuestras manos cambiar ha provocado mucho sufrimiento. Dejar de luchar con todo. Dejar de pelear con la vida. Dejar de pelear con Dios. Dejar de pelear con uno mismo son formas de acción conscientes que van a favorecer que la mente se aquiete y deje que vivamos en el momento presente que es el único momento que verdaderamente cuenta, aquí y ahora.


Amelia Camacho Guerrero.

15 Junio 2015.