La lucha por el cambio.


La necesidad de buscar otras actitudes y otras formas de responder ante el desarrollo de la consciencia puede provocar tensión y juicio constante para dominar cada momento y el resultado del esfuerzo que representa hacer cambios en las diversas cosas que se observan y se quieren hacer con la presión del cambio.

Controlar en exceso genera una respuesta forzada, una actitud que se observa con exigencia y produce frustración y mucha incomodidad.  

Todos los cambios que nos proponemos hacer, han de ser de manera amorosa, sintiendo la suavidad que nos ofrece la comprensión del conocimiento que invita a actuar con la nueva consciencia.

Cuando la consciencia se expande hay crecimiento interior que diluye y anula conductas eliminando la dirección egoica que antes conducía a la persona.

Imagínate expandientote en tu interior y ocupando todo tu cuerpo, llenando de luz todo espacio.

Mucho de lo que vamos transformando es realizado con voluntad y atención hacia el interior de uno mismo y mientras esto suceda, el proceso es amable, sin fuerza sin necesidad de controlar.

La consciencia es un estado del ser. Es una intensa fuerza creativa.

Esta fuerza creativa va manifestándose con naturalidad y depende de la comprensión que vamos logrando y de la atención y cuidado que tenemos para observar los estados internos que vivimos.

En la medida en la que nos ocupamos de nosotros, adquirimos mayor conducción y dirección de nuestras respuestas y éstas serán el reflejo de lo que la consciencia manifiesta todos nuestros actos.

Cada avance en la comprensión y aceptación de lo que vivimos y experimentamos se vuelve parte orgánica de nosotros y esa apropiación no se pierde porque ya forma parte de lo que somos.

Lo que se gana por derecho de consciencia no se pierde nunca.

La comprensión transforma actitudes y conductas psicológicas, respuestas y lenguaje, las palabras que se emplean son acordes a lo que ahora se percibe desde la consciencia ampliada.

Todo este cambio produce un estado interior de armonía y tranquilidad porque se deja de pelear y resistirse ante la realidad y porque se elimina la necesidad de querer cambiarlo todo o de ajustarlo a los caprichos del ego.

El alma toma el volante y es la que ahora con la consciencia de copiloto dirige la experiencia.


Amelia Camacho Guerrero.

25 septiembre 2023.