Las leyes cósmicas del universo nos ayudan a vivir y para ello hay que conocerlas y aplicarlas debidamente.
Muy probablemente las hemos escuchado y hasta memorizado, lo cual no siempre va a significar que ya las hayamos comprendido.
Una de ellas es " la ley del menor esfuerzo ", esta ley nos habla de que todo es como en la naturaleza. En ella todo sucede sin que sus resultados se alteren por el capricho o deseo de quienes participan. Los arboles, las flores, las montañas, los animales etc., todo es como es y no existe rivalidad ni competencia entre todo lo que existe. Cada una de las formas de vida existentes son como son.
Si esto se aplicara en la conducta de la raza humana significaría que podríamos vivir aceptantes de lo que nos rodea sin estar en la constante lucha por cambiar lo que no está en nuestras manos cambiar; como por ejemplo: las formas de actuar de nuestra familia, nuestra pareja, nuestros hijos, las personas que nos rodean no nos generarían fricciones, no emitiríamos juicios ni críticas agudas y severas hacia ellos, no estaríamos en constante lucha con nosotros mismos por falta de aceptación a nuestras características, etc.,
Comprender que las cosas son como son nos llevaría a la aplicación de esta ley. Sin embargo su comprensión depende del nivel de consciencia que cada uno tenga, ya que de lo contrario lleva a las personas a la total irresponsabilidad por creer que esto implica flojera , descuido de lo que a que a cada uno le compete. El ejercicio de esta Ley va cargado de " Responsabilidad " , y esto es hacerse cada vez mas consciente de la propia vida y dejar de resistirse a que no sea como uno quiere. Esto implica el poner atención en aquello en lo que es posible cambiar y esto es " uno mismo ". Para que todo cambie hay que empezar por uno mismo.
El compromiso es serio y exige mucha atención hacia adentro y reducción de la exagerada atención que se dedica al exterior y a los demás.
Amelia Camacho Guerrero.
1 Septiembre 2014.