La felicidad no es algo que se persigue.

Hemos aprendido que hemos de hacer mucho en esta vida para lograr la felicidad. Así nos esforzamos por hallar los caminos para encontrarla. Hemos recibido mucha información equivocada. Oímos opiniones de lo que esto significa y hasta hemos establecido su logro como meta primordial de la vida.

 Las muchas maneras en que lo pretendemos han dado resultados temporales porque se confunde la satisfacción de lograr algo con la felicidad. Hay muchas razones por las cuales hacemos y hacemos cosas. No paramos nunca, no nos damos espacios de tranquilidad , de paz, de calma; al contrario mientras mas hacemos , mas queremos seguir haciendo.

Esto nos aleja del objetivo y solo satisfacemos la vanidad que alimenta al ego, que nunca estará satisfecho.

La realidad es que realmente no hay que " hacer " nada. Las ocupaciones que elegimos nos dan la oportunidad de manifestar los talentos y habilidades que vamos descubriendo en nosotros y eso esta bien porque es muy satisfactorio, pero podemos llegar a agobiarnos sin encontrar lo que deseamos.

La felicidad es algo que ya poseemos. Es un estado natural de nuestro Ser. Es algo que ya nos pertenece y que sin embargo buscamos afuera, en un trabajo , en una pareja , en los hijos, en el dinero,en todo lo que nos ofrece este maravilloso mundo.

La felicidad no es algo ajeno a nadie , nos pertenece, esta dentro de nosotros, es nuestra naturaleza esencial; " solo hay que manifestarla" expresarla en cada acto de nuestra vida.

La paradoja es que vamos corriendo tras ella y la llevamos consigo.

Ser felices  ¡ es fácil ! , se nos olvidó como disfrutar todo, se nos ha olvidado jugar ,reír, cantar, hacer cosas que nos lleven a este estado natural de nuestro ser.

Los niños nos recuerdan ese estado, su ligereza, su naturalidad, su frescura que emana felicidad ; por eso es tan grato verlos , ellos hacen que las sonrisas aparezcan fácilmente en nuestro rostro recordándonos como somos.


Amelia Camacho Guerrero.

27 Marzo 2014.