En todos y cada uno, la consciencia tiene su propia y única forma de ser.
En cada ser hay un proceso diferente y un programa de desarrollo de acuerdo a su crecimiento y experiencia.
Nadie se parece a nadie y la verdad en la forma en que cada uno comprende la realidad es de acuerdo a la percepción y amplitud de la consciencia que viva.
La consciencia se amplia en la medida en que crece la aceptación de la realidad y la forma en que se vive en el interior de cada uno.
La dimensión de la consciencia está en el nivel en que se percibe la realidad y en la amplitud de aceptación con que se experimenta ésta aventura terrenal. La dimensión de la consciencia es única en cada persona. Por esa razón las diferencias están presentes y la incorporación de ellas será también una señal del crecimiento en consciencia.
Es evidente ésta respuesta cuando se vive en paz y armonía interiores ya que al no existir lucha ni resistencia en la mente con todo lo que nos rodea, se elimina el conflicto que genera sufrimiento y molestia.
Consciencia significa darnos cuenta y aceptar lo que percibimos como algo que es sin pretender cambiarlo. Cuando queremos modificar la realidad , el ego está presente y trata de ajustar esa realidad al gusto personal ,al capricho del ego y justo eso es lo que crea el conflicto permanente en que se encuentra quien no ha percibido la diferencia.
No es igual vivir en un estado mental apegado al ego que vivir en estado consciencial.
Tener una frecuencia vibratoria acorde al estado de consciencia hará que la experiencia humana sea de sabiduría y conocimiento.
El cambio dimensional se vive en cada momento en que aceptamos y reconocemos nuestra esencia y nos comportamos de acuerdo a ello.
Amelia Camacho Guerrero.
9 enero 2024.