La esclavitud de las ideas.

                                                                                                                                                

Transmitir las creencias, las ideas, lo que se ha aprendido simplemente como fue recibido, dando por sentado que es verdad y que es lo que es, hace que incorporamos paradigmas, sin verificación alguna.  Estos modelos de comportamiento afectan las formas de vida que mas tarde requieren de todo un trabajo interno para modificar las respuestas que se ofrecen ante los eventos cotidianos.

No esclavizar a los demás con tus ideas, con tus experiencias implica respetar las diferentes formas en  que cada uno elige vivir. Solo uno experimenta y le da legitimidad y validez a pensamientos y creencias.  Todo esto se experimenta en cada uno y contiene circunstancias propias que no son iguales a las de los demás, nadie experimenta en cabeza ajena,  Lo que uno vive corresponde a lo que la consciencia personal sabe que se necesita experimentar y es justo a la medida de cada quien.

Vivir del conocimiento propio es escuchar la voz interna dándole la autoridad y respeto que tu propio ser requiere.  Guiarte por el conocimiento y experiencia  de los demás dejará la frustración y la tristeza de no haberte escuchado.

Valorar lo que otros quieren para tu vida, poniendo exclusiva atención en sus expectativas te llevará a complacer  los deseos ajenos.  Complacer al mundo o complacerte a ti, es una forma de tomar la responsabilidad de las decisiones con las que se va a vivir toda la vida.   Vivir de la complacencia esperando la recompensa es desgastante y nunca lograrás dar satisfacción suficiente a las volubles  demandas que siempre piden más.

Complace por amor, por consciencia y no por conveniencia o por necesidad.


Amelia Camacho Guerrero.

23 Febrero 2016.