La Cultura de la Palabra.

El valor de la palabra está en su elocuencia, en la facilidad para expresarse, lo que produce un efecto atractivo en quienes la escuchan.

 En todos los campos de la actividad humana, si quien habla, además de elocuente, posee una energía poderosa que se emite por su voz, captará no sólo la atención sino que impactará con el mensaje que  transmite. Por ello es importante recordar que ésta puede cultivarse. Se puede mejorar la forma de hablar,se puede adquirir una forma de expresión verbal agradable.

Demóstenes ,famoso orador de Atenas, es recordado como ejemplo vivo de lo que puede la palabra cuando es empleada con maestría.

Debemos recordar que las ondas sonoras producen determinados impactos en el cerebro y el sistema nervioso, y que la voz es uno de los medios mas importantes para el empleo de dichas ondas. Estas ondas pueden afectar de muy distintas maneras al que las recibe, según sea mayor o menor la frecuencia de las mismas.

Sabemos que para muchos es tolerable y hasta placentero determinado tipo de música, mientras para otros, esa música resulte desagradable, enojosa y hasta ofensiva por su sistema neurocerebral.

La cultura de la palabra nos dice que hay que cuidar que nuestra voz sea agradable y que nuestra manera de hablar resulte convincente, poderosa y magnética.

Al decir poderosa no se quiere significar  que hablemos de forma prepotente, altisonante o gritona. Al referirme a poder,me refiero a la convicción, la verdad, la consciencia de lo que se expresa, la tonalidad de la voz, el lenguaje ameno y variado que proviene de una buena instrucción y de una preparación a través de buena lectura. Acostumbrarnos a hablar con propiedad, a usar las palabras adecuadas y a suprimir modismos vulgares o expresiones ridículas, muletillas o palabras que se repiten mecánicamente, favorece la seguridad personal y la confianza en la expresión.

Lograr el dominio de la palabra abre las puertas de la comunicación y revela el cuidado y la claridad de ideas de quien se expresa.

Tu palabra le da existencia a lo que nombra.


Amelia Camacho Guerrero.

23 Junio 2014.