Una crisis, sea del tipo que sea nos conduce a restablecer el orden perdido. Muchas veces no se percibe el propósito que una confusión o un fuerte desajuste tiene y puede interpretarse como desgracia o castigo cuando en realidad conlleva la invitación hacia cambios profundos en las formas de pensamiento, creencias, paradigmas, costumbres y formas de vida.
El caos que provoca obliga a ver en otras direcciones, a buscar nuevas alternativas, a dejar a un lado la resistencia al cambio y a modificar y desaprender lo que nos condujo a ese estado tan crítico.
Permanecer en un estado mental rígido estanca y destruye, paraliza e impide el crecimiento de los individuos y crea conductas inflexibles ante un cambio que sucede irremediablemente en todo lo que nos rodea.
La aceptación de este hecho de la existencia facilita la vida en armonía con todo lo que hay. Facilita también la relación con uno mismo y con los que nos rodean. Crecer y desarrollarnos al ritmo que la vida nos marca no es un evento fácil, hay que ir soltando en el camino los obstáculos mentales, el pasado, las historias personales que impiden descubrir los talentos y destrezas que favorecen seguir aprendiendo para crecer conforme la época y a las circunstancias y respondiendo a lo que los eventos demandan.
¡ Sí ! necesitamos darnos cuenta de esto, todo es para seguir adelante alimentando también a la consciencia colectiva con un alimento de muy alta calidad. Ya basta de sufrimiento, miedo e intimidación, hemos de darnos cuenta de que lo que cada uno vive es una energía que se comparte con todo. Por eso si queremos ayudar a que este mundo mejore, hemos de mejorar nosotros en todo lo que podamos. Mejorando nuestras relaciones, nuestra administración de recursos, nuestro cuidado personal, nuestro trabajo, nuestra salud y así estaremos en excelentes condiciones de dar y compartir nuestro bienestar a otros en verdaderos actos de servicio, nadie puede dar lo que no tiene, por ello es importante ocuparnos de nosotros mismos primero.
Amelia Camacho Guerrero.
|7 Noviembre 2015