Tener en las manos la creación de una realidad diferente es maravilloso y aún y cuando esto es posible no todas las personas se atreven a hacerlo.
Muchas veces el terreno conocido no se quiere abandonar porque el cambio provoca miedo y desconcierto.
Querer algo diferente significa muchas cosas que no se ven hasta que se realizan.
Dejar conductas y pensamientos rutinarios que, por conocidos , ofrecen seguridad y aceptación aunque no sea así. Lo que siempre se hace se repite una y otra vez y produce acostumbramiento y apego al resultado, ya que se ha visto mucho y en muy repetidas ocasiones.
La comodidad de saber como funciona da la impresión de que es lo mejor y evita el intento de modificar algo. No hay riesgo ni equivocacion, ya se sabe lo que viene, a pesar de que daña y en el interior se quiere algo distinto.
Dejar ésta aparente seguridad es el paso necesario para probar otras ideas y otro comportamiento y es arriesgando lo conocido y descubriendo la posibilidad de aceptación de lo diferente. La flexibilidad que se pone en juego es una forma de aprender a amarnos y a practicar lo nuevo que el cambio de consciencia nos muestra.
Este es uno de los obstáculos que hemos de reconocer, aceptar y decidir dejar lo conocido y cómodo por lo nuevo y aparentemente inseguro.
La desidia impide la creatividad y la fuerza para salir adelante de todo lo que ata a la inconsciencia y a la negatividad.
La voluntad del cambio ayuda y empuja con amor y aceptación.
Estamos tomando muchas decisiones para nuestro desarrollo y evolución y en ocasiones ni siquiera nos percatamos de la importancia del estupendo trabajo que hacemos día a día. Evitemos minimizar el avance en el cambio de actitud y de respuesta cotidiana, hay mucho que valorar y reconocer.
Amelia Camacho Guerrero.
14 agosto 2023.