Todo lo que hacemos se expresa en una vibración específica para cada persona. Cada forma de manifestación individual en pensamiento, sentimiento, emoción, palabra y acción tiene una frecuencia acorde al nivel de consciencia adquirida en relación al proceso de desarrollo psicológico y espiritual.
Tener una apertura de consciencia significa haber logrado salir del estado de sueño e inconsciencia en el que la humanidad entera ha estado sometida por muchísimos años.
Es darnos cuenta de que dejamos a un lado la atención y el conocimiento de lo que somos dependiendo de los sistemas sociales que han predominado.
Recordar la libertad que nos pertenece y que hemos cedido a otras fuerzas.
Tener en cuenta que que el poder interior está y ha estado siempre en nuestro interior y que solo nosotros hemos de ejercerlo.
Aprendimos una forma de vida que nos separó de nosotros mismos y respondimos a todos los paradigmas y condicionamientos impuestos con las reglas establecidas que han regulado el planeta. Hoy el despertar del sueño no deja ver una realidad diferente.
Salir de la burbuja en que cómodamente estuvimos puede se estremecedor pero es favorable para el crecimiento de la humanidad entera en consciencia. Por esa razón el mundo entero se ve ahora tan diferente y convulsionado.
Todo cambia, en todas partes, en el interior de todos también, los procesos y respuestas conocidas dejaron de ser como las acostumbramos y esta sacudida ha obligado a todos a conductas y actitudes que producen inquietud e incertidumbre, ya que, si bien, muchos estaban en la búsqueda del cambio, otros se ven sorprendidos , ansiosos, preocupados al desconocer el proceso evolutivo que estamos transitando.
Estar en casa ( interior ) es indispensable para este tiempo, observar que sucede ahí y aceptar los cambios que, de todas formas, se van a dar.
Conocer para comprender. Conocer para saber vivir cada momento con armonía y plenitud, sin resistencia, sin lucha, sin violencia, en consciencia.
Amelia Camacho Guerrero.
4 octubre 2020.