Energía intelectual.


La mente como intérprete de pensamientos de alta frecuencia derivados de un buen nivel de consciencia. Ausencia de disonancias cognitivas que puedan alejarnos de nuestro centro.

Las palabras que crean la realidad de nuestro mundo interno que es donde realmente vivimos, manifestan la inteligencia lingüística y la claridad mental enfocada en el propósito personal de creación del mundo que se desea.

Usar la mente como  aliada y no como enemiga. Dirigirla hacia la misión personal.

Usar el pensamiento para dirigir el estado emocional. No así las emociones de baja frecuencia que proceden de la inconsciencia y de la identificación con todo lo que nos rodea.

La energía intelectual es muy poderosa, tiene como instrumento la palabra, el discurso, todo lo que construye la forma en que vivimos, va acompañada de emociones, significados, actitudes, creencias y valores. Aquí la congruencia es el tema fundamental.

Pensamiento, sentimiento, emoción, palabra y acción van en la misma frecuencia y dirección para que la realidad que se crea ofrezca los resultados que conduzcan a la armonía y la paz interior.

El desarrollo integral del ser humano que atiende primeramente su psicología, que reconoce las conductas y reacciones de su proceder puede hacer los cambios y darse la oportunidad de nutrir las necesidades más importantes de su ser.


Amelia Camacho Guerrero.

22 febrero 2022.