Hemos vivido bajo una cultura que concede mucho tiempo y valor a conductas psicológicas que deterioran la calidad de la vida.
Las muy diversas formas en que las costumbres, los paradigmas, el adoctrinamiento, en diferentes áreas, las normas de conducta y tal vez otros factores, han influido en la forma de vida de la humanidad , han creado la aceptación del sufrimiento y este ha quedado como algo normal, como respuesta obligatoria ante hechos y eventos cotidianos.
El gran desconocimiento de las formas subjetivas de interpretación de la realidad y la significación que se da a todo lo que experimentamos, ha hecho creer que todos lo hacemos de la misma forma.
Por esa razón pensar que el sufrimiento podría evitarse, es algo que no se acepta fácilmente. Además existen creencias religiosas que lo premian como formas de alcanzar el cielo.
Crecer emocionalmente nos prepara para poder tener una visión sana de la realidad, ausente de interpretaciones contaminadas por una significación equivocada y por una falta de aceptación de la realidad.
La victimizacion es aliada del sufrimiento y va de la mano de la queja y la idea de que el mundo y la vida está en contra.
Dejar a un lado el condicionamiento mental y la costumbre de sentirse víctima de todo y de todos ,requiere de asumir la responsabilidad de la vida y dejar de culpar a otros de lo que se vive .
La consciencia de uno mismo ayuda a soltar el drama y la tragedia, productos de la ignorancia, de la falta de atención para uno mismo.
Ya no es momento de continuar en ese estado ni de permanecer en el abandono personal. Llegó el tiempo de despertar. Es momento de crear una nueva realidad que contenga la felicidad y las características que deseamos manifestar en la experiencia de vida que tenemos.
Amelia Camacho Guerrero.
24 julio 2023.