El sonido de la voz.

La voz es medicina sagrada.

Usa tu voz para sanar,  

Alineada y presente, en una frecuencia tuya verdadera,amorosa y vibrante.

El tono de hablarte a ti mismo, acariciarte con tu presencia sonora.

En el silencio , presencia pura y ahí está la frecuencia que sana y que se reconoce con el alma.

Saber estar en el silencio y habitarlo. Escuchar la frecuencia original en el interior.

Reconocer el vacío interior y sostenerlo.

Eso es presencia.

La enfermedad necesita ruido para sostenerte.

Busca siempre el silencio en cada momento de inquietud.

Ahí empieza la sanación.

Número es vibración ordenada.

Todo sigue una frecuencia y un orden, un ritmo.

Proporciones que tienen coherencia y vibración.

La armonía puede sostener el alma.

La salud es movimiento coherente.

Las emociones se quedan en el cuerpo hasta que decidimos escuchar.

Las emociones no necesitan explicaciones solo atención y escucha.

Decir en voz alta lo que no te permitiste decir.

Caminar con una sombra que pesa más que tus pasos.

La persona enferma por lo que olvida de sí mismo.

El alma busca coherencia no perfección.

Sanar es renacer.

Ser quien eres es manifestar salud.

La vibración del alma escucha la presencia verdadera.

El amor cuando no juzga  es cura verdadera.

La lógica explica, analiza. La armonía solo se manifiesta. Como haces todo volviendo al ritmo de tu cuerpo y todo te devuelve al alcance de tu pulso recordándote que está una vibración real y es la gratitud que se expresa en esa vibración.

Dejas de estar en modo defensa y agradezco por todo lo que me recuerda que estoy aquí para recordar.

Gratitud como ritmo interno.

La aceptación de tí mismo. Via hacia la sanación, sin esfuerzo por hacer cambios en su manera de sentir.

Querese ver diferente, sentir diferente, otro que pelea con sí mismo.

Todo los que te repites en silencio. Reconciliarte contigo. Dejar de exigirte .

Aceptar todo lo que sucede en tí.


Amelia Camacho Guerrero.

15 junio 2025.