La falsa identidad que creamos a lo largo de nuestra experiencia humana se llena de ideas, de características, de manifestaciones en el carácter y respuestas que damos a todos los estímulos e impresiones que recibimos y compartimos en la realidad que vivimos.
Así aprendemos estrategias de sobrevivencia que acumulan conocimientos, experiencia y sabiduría.
Creamos todo lo que a cada paso necesitamos aplicar para seguir cumpliendo con el propósito del programa del alma.
Un ego que dirigido por mente, alma y espíritu siempre se dirige hacia lo que tiene que aprender para continuar en el encuentro con su ser.
Ese personaje usurpa la verdadera identidad porque la ignorancia que tenemos de nosotros mismos impide que nos veamos de otra manera.
Así nuestra identificación con lo creado es tan sólida que , desprenderse de todas las ideas que tenemos de nosotros mismos resulta confuso porque no comprendemos que ese personaje es ficticio.
Solo nos desprenderemos del disfraz. Conservaremos lo aprendido.
Tener presente la sabiduría ganada y darnos cuenta de la forma en que la consciencia se ha expandido en las muchas oportunidades en que hemos existido, no es algo simple para una mente dormida.
Amelia Camacho Guerrero.
18 marzo 2024.