El miedo a no ser suficiente, a no ser adecuado, a no ser capaz de algo, es una negación de uno mismo. Es el desconocimiento del origen y la verdadera identidad.
Negarnos , anularnos, desconocernos, equivale a estar en el más profundo olvido e ignorancia del espíritu que somos.
La grandeza del ser reducida a su mínima expresión .
Cuando las preguntas fundamentales aparecen en nuestras vidas es cuando empiezan a diluirse todos estos pensamientos de baja frecuencia y se inicia un proceso de atención que nos conduce al reconocimiento del ser que somos.
Mientras esto sucede nos encontramos con muchas ideas y datos, información acumulada en nuestro banco de datos que tendremos que vaciar para dar paso a la verdad de lo que buscamos.
Todas las opiniones, creencias y palabras que nos describieron pero que, alejadas de la verdadera identidad, nos dieron una falsa manera de vernos.
Todo vino del exterior, miradas y observaciones, de admiración o rechazo, de todos los que nos acompañan en esta experiencia y que , por cariño o dependencia aceptamos como válidas, todo fue conformando la propia idea con la que crecimos.
Nos apropiamos de esa identidad y da miedo desprenderse de ella, porque no hay nada verdadero con que sustituirla.
El miedo a no ser, el miedo a no saber lo que somos, paraliza, impide trascender los temores que lo sostienen, porque podemos llegar a sentirnos desvalidos, desprotegidos al creer que perdemos algo valioso.
Soltar lo falso, enfrentarnos a nuestra verdad es un paso de mucha valentía.
La consciencia junto con nuestra alma nos conducen al encuentro de lo que queremos ver.
Ellas saben el proceso que vivimos y nos ayudan amorosamente a conseguirlo.
Se requiere de fé, de confianza, de fuerza interior y certeza de que actuamos para nuestro más alto bien.
Amelia Camacho Guerrero.
3 septiembre 2024.